Italia apela a su oficio para ganar sin brillo a una ingenua Ghana (2-0)
Pirlo y Iaquinta dieron con sus goles el triunfo a la selección transalpina en su debut La República Checa aniquila a EE.UU. y deja clara su potencia y superioridad (0-3)
«La mia Italia piacerá alla gente», proclamó Lippi en la víspera del partido. No necesita traducción, pero sí una interpretación. Gustar, tanto como gustar... Ganó, que es bastante. Y jugó Totti una hora, que era una de los grandes acontecimientos de la noche. Y llegó bastante a la puerta rival, que tampoco está mal... Pero su juego, por inexistente, dejó indiferente a la mayoría, aunque los tifossi disfrutaran con la victoria de su selección, que en el fondo, a estas alturas de la vida, y con la que el fútbol italiano está pasando ya es mucho. O las dos selecciones que cerraron la jornada en el WM stadion atacan muy bien o defienden muy mal. O las dos cosas, que es lo que sucedió. Italia y Ghana llegaron a las áreas contrarias con una facilidad, decisión y naturalidad fuera de lo común. Ida y vuelta y ocasiones para regalar. Desde el principio hasta el final. Comenzó sin dueño el partido. Manso, manso, pero a raíz de un latigazo de Toni al larguero que botó fuera como podía haber botado dentro, se animó el panorama. Los africanos, potentes, siempre en movimiento, ambiciosos y sin complejos, se lanzaron hacia Buffon con tanta fuerza como escasa puntería. Siempre alto, bastante alto apuntaban Essien y compañía. El peligro italiano llegaba a balón parado. Complicado defender tan mal los saques de esquina como Kingston y la misma compañía. El portero no veía una y sus compañeros, tampoco. Y fue en un córner cuando les quitaron la maleta. Parece mentira que casi todos los jugadores de Ghana estén jugando en las Ligas europeas y puedan cometer errores tan graves de concentración. Totti sacó desde la esquina y dejaron que Pirlo recibiera fuera del área, escorado, pero totalmente sólo. Con metros para controlar, se perfiló el balón a su pierna derecha y lo cruzó con potencia y dirección lejos de la estirada de Kingston. Un preciado gol a cinco minutos del descanso. Como Ghana salió desbocada tras el descanso, Italia encontró espacios y sus contras llevaban casi más peligros que el dominio africano. Continuó el festival de oportunidades. Gilardino, Essien, Perrotta... y los de Lippi comenzaron a dar por bueno el resultado. No bajó los brazos Ghana. El árbitro brasileño no quiso saber nada de empujón de De Rossi a Assamoah que era penalti -después hubo otro con los mismos protagonistas, pero dio la sensación de que el delantero exageró su caída-. Según pasaban los minutos, Lippi fue reconstruyendo su equipo con la entrada de Camoranesi, Iaquinta y Del Piero, mientras los africanos iban perdiendo claridad y confianza al mismo tiempo que les iban fallando las fuerzas. El partido se cerró en otro falló defensivo de Ghana. Kuffour calculó mal una cesión a su portero y Iaquinta, que perseguía el balón, se encontró con él y superó con facilidad a Kingston. Punto final. Sobraron los diez últimos minutos e Italia seguro que habrá recuperado parte de la autoestima rasgada por las impurezas de su fútbol. No hay como las victorias para curar heridas.