España inicia hoy un camino incierto
Aragonés saca a los «jugones» ante la Ucrania de Shevchenko Ucrania, una debutante con mucho que ganar y muy poco que perder Arago
Última de las selecciones de alto rango en salir a escena, España debuta en el Mundial de Alemania entre signos de interrogación. La cita es en Leipzig, la vieja ciudad sajona, ante la Ucrania de Blokhin y Shevchenko. Un rival complicado. Hay ilusión en el ambiente, desde luego, pero predomina lo que podría considerarse un sano escepticismo, producto de viejos escarmientos que ya han hecho poso en la memoria de los aficionados. ¿Y esta vez?, se pregunta la gente. Lo cierto es que no se sabe bien qué dará de sí este equipo que Luis Aragonés ha armado con paciencia y desvelos, un bloque tierno e impredecible al que se le adivinan virtudes evidentes y varios defectos cuya importancia se verá con el paso de los días y el discurrir de los partidos. El dato de los 22 encuentros que la selección lleva invicta con el sabio de Hortaleza en su banquillo no debe llevar a engaño. Tampoco puede desdeñarse, pero conviene relativizarlo para no confundir y levantar demasiados castillos en el aire. Y es que un mundial es otra cosa. Es la competición en su máximo grado de exigencia. Aquí no valen las disculpas, no se permiten fallos y queda retratada sin piedad la fibra y textura de los equipos, su verdadera consistencia en los momentos decisivos. Aquí juega el espíritu y la historia. Palabras mayores. La selección llega a este primer partido sin dudas en el equipo titular, lo que se agradece tras varios de días de calurosa concentración en Kamen. Luis Aragonés, que sólo mantiene al centurión Puyol de la que fuera su primera alineación con España hace dos años, ha estado tres semanas tocando todas las teclas posibles y, hasta la semana pasada, una vez concluido el partido amistoso ante Croacia, no terminó de decidirse sobre dos cuestiones fundamentales: el concurso de Raúl y la identidad del mediocentro, del hombre sobre el que pivotará el juego de España. Rendido a la evidencia Luis ha acabado rindiéndose a la evidencia respecto al delantero madridista. Se ha devanado los sesos y ha hecho todo lo posible por encontrarle un hueco en el once titular, ya sea de media punta o de segundo delantero, y seguro que se ha llevado un disgusto prescindiendo de un jugador al que admira y cuyo compromiso en el campo siempre ha sido ejemplar. Pero lo cierto es que, hoy por hoy, perdida la chispa de sus mejores días y recién salido de una grave lesión, el impacto de Raúl en la selección tiene más que ver con su ascendente moral sobre el grupo que con otras consideraciones. La impresión es que el capitán de la roja tendrá un papel secundario en este Mundial y que sólo una derrota ante Ucrania, con la revolera mediática que produciría, podría cambiar el criterio del seleccionador, que reconoció que no ve al madridista en condiciones de jugar noventa minutos. La segunda gran decisión ha sido la titularidad de Xabi Alonso en detrimento de David Albelda. Tampoco ha sido una decisión fácil para el técnico madrileño, aunque en este caso no por una cuestión sentimental sino puramente táctica, de asunción de riesgos. Se diga lo que se diga, hay una diferencia evidente entre que juegue el centrocampista del Liverpool o lo haga el valencianista. Contra Ucrania, que saldrá con su once habitual, conviene ser cauto. Hablamos de una selección compensada y veloz a la que guía con mano de hierro Oleg Blokhin, el primer gran mito del fútbol ucraniano. Le gusta citar a Napoleón y en su equipo no deja que se mueva ni una mosca con la excepción de Shevchenko, que jugará y con total libertad.