Argentina y Holanda, ahorrativas
Ambas selecciones firmaron una especie de pacto de no agresión para no gastar fuerzas
El argentino Messi tuvo minutos pero pocas oportunidades de demostrar su clase
Lo dicho. Una pena lo que pudo haber sido y no fue. Argentina y Holanda, como era de esperar, jugaron con el freno de mano echado y la mente en su futuro inmediato. De ahí que el partido marchara a trompicones. Ahora arranco, ahora me quedo. Y eso sí, de más a menos. La primera parte entretenida, con ocasiones para los argentinos como para haberse al menos estrenado, y la segunda más tiesa, demasiado larga, para congelar y no sacar nunca de la nevera. Pékerman reservó cuatro titulares. Van Basten, cinco. Lo disimuló bastante peor Holanda, que sin Robben en su banda izquierda perdió la perpendicularidad y el peligro que el jugador del Chelsea asegura cada vez que tiene el balón en los pies. Por cierto, Van Nistelrooy sí jugó, pero sigue desaparecido. Argentina da la impresión de ser superior al rival juegue con quien juegue y contra quien juegue. Por algo los considerados suplentes responden a los nombres de Messi, Tévez, Gabi Milito o Coloccini.