Una masa social que recorrió 900 kilómetros para alcanzar la gloria

Casi un millar de kilómetros de distancia entre la capital berciana y Alicante no fueron obstáculo para que la masa social deportivista apoyara a su equipo en el día más glorioso de su historia. Y como todo esfuerzo la empresa tuvo su premio en un ascenso que se dejó esperar 87 minutos y que durante muchos más se vivió con intensidad en el estadio, también en Ponferrada y en el Bierzo. Y es que el azul y el blanco se convirtió ayer en el color de un éxito largamente esperado. Bufandas, pulseras, banderas y mucha alegría convirtieron la diáspora a tierras alicantinas en la mejor expresión del apoyo y cariño, sin olvidarse de sentimiento, que miles de personas tienen hacia un club que es el de sus amores y que la próxima temporada militará en Segunda División. Un premio merecido para un esfuerzo que ayer tuvo su reflejo después de un esfuerzo y sacrificio de años.