Kevin llegó de puntillas en Navidad y acabó como titular en Alicante

Si Juan Fuentes es uno de los ilustres veteranos de la plantilla aunque todavía no ha cumplido la treintena (nació en noviembre del 77), Kevin Debris llegó a Ponferrada como un perfecto desconocido para la afición berciana. El galo, que nació en Le Havre hace 22 años, presentaba en su currículum un título mundial en la categoría sub-17 con la selección francesa, un campeonato logrado en Trinidad y Tobago en el que participaba la España liderada por Fernando Torres. Sin embargo no había logrado llegar a la máxima categoría como han hecho alguno de los que fueron compañeros suyos en el equipo nacional y además aterrizaba en Ponferrada después de pasarse casi un año en el dique seco por culpa de una lesión en la espalda. Era lógico que la afición estuviera recelosa porque aquí llegaron otros jugadores, igualmente desconocidos, que pasaron por la Deportiva con más pena que gloria. Algunos incluso no llegaron ni a debutar con el primer equipo. A pesar de tener que superar un período de prueba en la capital berciana, Kevin agradó a los técnicos que veían como principal hándicap sus dificultades para defender en zona, acostumbrado a marcar al hombre en sus anteriores equipos. El francés fue creciendo y ganando en confianza dentro del plantel hasta terminar formando pareja de centrales con Joaquín Bornes. Curiosamente, fueron los constantes problemas físicos del capitán los que llevaron a los técnicos a solicitar un esfuerzo a la directiva para buscar un central, pese a que en el primer tramo de la temporada el mayor hándicap del equipo era la falta de gol. Un gran acierto su contratación.