Verdasco vence a Nalbandián y pasa a octavos por primera vez La juventud de Nadal y el rodaje de Agassi ponen el toque de lujo en Winbledon

El español Fernando Verdasco, vigésimoctavo favorito, se impuso ayer en tres sets, por 7-6 (9), 7-6 (9) y 6-2, en la pista 13 de Wimbledon, al argentino David Nalbandián, cuarto cabeza de serie, y se clasificó, por primera vez en este torneo para los octavos del final. En 2 horas y 47 minutos, el madrileño obligó a Nalbandián a decir adiós al cuadro grande. El argentino, un especialista en esta superficie, no logró en ningún momento encontrarse cómodo ante el juego decidido de Verdasco, que ya en el primer set le llevó al desempate, un tie-break reñido, que finalmente se resolvió a favor del madrileño, por 7-6 (9). El suramericano, que en 2002 consiguió llegar a la final, donde sucumbió al entonces intratable australiano Lleyton Hewitt, se anotó 8 «aces», frente a los tres que logró el español y cometió 34 errores no forzados, frente a los 32 del madrileño. El mallorquín Rafa Nadal, segundo favorito, podría ser el último verdugo en el césped del All England Club del estadounidense Andre Agassi, para quien éste será su último Wimbledon, cuando ambos jugadores, a los que separan casi dos décadas, compitan por pasar a octavos de final. Casi dos décadas separan al estadounidense, de 36 años, del bicampeón de Roland Garros, de 20. Al primero le avala un currículo imponente, del que se han escrito innumerables páginas de la historia de este deporte. Agassi es el campeón en activo que más partidos de Grand Slam ha ganado en su carrera (222), mientras que Nadal es el que menos victorias ha logrado en los duelos librados en los cuatro grandes (28). Nadal, todo un derroche de juventud, fuerza y determinación, consigue, por segunda vez consecutiva, estar entre los cuatro primeros cabezas de serie en el selecto All England Club. El pasado año, lo hizo como cuarto favorito y éste llega como segundo cabeza de serie. Agassi, cuya presencia acapara una gran expectación, desde que anunciara que colgará la raqueta cuando termine el Abierto de EEUU, tiene en frente su sexagésimo torneo sobre césped.