Excesivas voces zumbando

El «Fenómeno» pasó por Alemania y en su cabeza zumbaron demasiadas abejas como para encontrarse a gusto. La participación de Ronaldo en Alemania 2006 ha estado plagado de polémicas sobre su peso, de problemas de salud, de ausencias, de reencuentros, de crisis y de renacimiento, hasta los cuartos con Francia, derrota y a casa con Zidane haciendo el único «jogo bonito» del partido. Una saga en la que intervino hasta el presidente brasileño, la madre de Ronaldo, el médico, el masajista, la novia, los periodistas, demasiadas voces zumbándole en la cabeza, como un enjambre de avispas. Pocas veces en un Mundial un jugador fue sometido a tan implacable escrutinio. También es la primera vez que el peso de un futbolista se convierte en secreto de estado y merece más atención que el de las modelos más famosas. Cada partido un examen, cada jugada una reacción, «pero ¿qué Fenómeno es éste?», tituló un diario brasileño al hablar del penoso debut de Ronaldo en el Mundial, luego el reencuentro con los goles y seguramente el mismo periódico devolviendo el apodo a su lugar. «Que me lo den a mi, ya sea gordo, borracho, lo quiero siempre en mi equipo», dijo Maradona cuando las críticas contra Ronaldo arreciaban. Ronaldo hizo poco por demostrar a todos que estaban equivocados, aunque en el partido contra Japón -dos goles, uno de ellos propio del delantero de antes, de la época en que rompía las defensas con velocidad y potencia- pareció avalar la afirmación del «Pelusa». Con esos goles, Ronaldo desalojo al mismísimo «rei» Pelé del trono de máximo anotador de la «canarinha» en los mundiales. A falta de otros honores, Ronaldo ya tenía uno en su bolsillo. Contó días después, en el partido de octavos contra Ghana, el punta se convirtió en el máximo goleador de todos los mundiales al marcar un tanto. Ronaldo, con 15 goles, desbancó al alemán Müller, que mantenía ese título desde 1974. Ya en cuartos, Ronaldo resurgió como la esperanza de Brasil de tomarse la revancha contra Francia del Mundial perdido en 1988. Brasil formó un caparazón en torno a «Ronnie» para que lo ocurrido en la final de París no condicionara el ambiente del duelo. Lo inesperado sucedió en Frankfurt. Zidane le ganó la partida a su compañero en el Real Madrid y Francia accedió a las semifinales a costa del favorito número uno, Brasil. A Ronaldo no le dejaron respirar los defensas galos y prácticamente no se le vio en el campo. «Esta es una generación ganadora. Ahora todos precisan un tiempo para enfriar la cabeza», dijo Ronaldo. La pregunta que se hacen los seguidores de Brasil y del Real Madrid es si «Ronnie» también reflexionará sobre su situación.