DESDE LA GRADA
Un inesperado protagonista
TERMINÓ el Mundial. Y lo hizo con la victoria de Italia y con un Materazzi que se convirtió en el inesperado protagonista de la final. El papel estelar del defensor italiano describe muy bien lo que ha sido este Campeonato del Mundo, un torneo de transición que ha sido dominado por los jugadores veteranos, con experiencia, y que no ha dejado casi espacio para los futbolistas jóvenes. El encuentro comenzó con alternativas. Pero pronto un penalti del Materazzi sobre Malouda, con gol de Zidane al estilo Panenka, abrió el partido. Italia se fue hacia arriba y consiguió empatar solamente doce minutos más tarde en un córner que remató el gigantesco Materazzi. La selección de Marcello Lippi, mejor asentada en el campo, llevó la iniciativa en la primera parte, y un remate de Luca Toni, reciente fichaje del Inter de Milán, al larguero a punto estuvo de premiar el empuje transalpino. Pero en la segunda parte, Francia tomó el mando hasta la lesión de Vieira. Con Diarra también no perdieron la iniciativa, pero Italia metió a de Rossi y Iaquinta y consiguió refrescar al equipo. Italia, después de jugar la prorroga en la semifinal, buscaba el tiempo añadido porque la condición física de los franceses era superior. Pero el enfrentamiento entre las dos campeonas del mundo entró en una fase determinante con la expulsión de Zidane. El genial centrocampista galo pierde en ocasiones los nervios. Sin embargo, Italia tampoco arriesgó mucho más. Su objetivo era llegar a los penaltis porque, con la roja a Zidane y la sustitución de Henry, sabía que tenía mejores lanzadores. En definitiva, el inesperado protagonismo de Materazzi en la final refleja bastante bien lo que ha sido este Mundial, dominado por los equipos conservadores.