Un pincho de hielo

JUAN FERNÁNDEZ comentaba en la salida de Beziers que «dejaremos cualquier escapada en la que no se meta ninguno de los 24 primeros de la general». Y la dejaron en cuanto tuvieron ocasión. Dos corredores de Phonak levantaron los brazos en señal de alegría cuando se enteraron que no tendrían que trabajar a destajo. La fuga en la que se metió Pereiro iba a estar consentida. Si le hubiese molestado a algún equipo habrían trabajado y nadie lo hizo. Pereiro no ganará este Tour, pero le puede quitar un buen puesto a más de un corredor. Phonak, además, tendrá un colaborador para trabajar, Caisse d¿Epargne, que buena falta le hace, al menos hasta el martes. Tiene mérito lo del corredor gallego que muchos días, cuando prepaba el Tour, se tomaba un helado de hielo después de entrenar, «para calmar la ansiedad que me produce el no comer al mediodía». Él lo llama un pincho de hielo. En muchas ocasiones tiene que cenar a las 6:30 de la tarde para calmar el hambre. Pereiro ha querido ser siempre ciclista y lo ha conseguido, hasta llegar a lo máximo, ser líder del Tour. El pelotón dejó hacer a la escapada, pero se metieron 230 kilómetros a una media horaria de 42,514 kilómetros por hora. Sólo Rabobank puso corredores en la parte final para cubrir el expediente, cuando la diferencia ya estaba conseguida. Pereiro sólo ha corrido dos veces el Tour, esta es la tercera, y siempre ha destacado, atacando de lejos, la mejor manera de hacer valer el estado de forma en el que llega.