San Millán se exhibe para sumarsusextotriunfoencuatrotiempos

1 El público, sobresaliente. Los más de 32.000 devotos que se dieron cita en el trazado tuvieron un comportamiento ejemplar durante las carreras. Cada uno de ellos procedía de un lugar diferente, pero todos poseían un denominador común: su pasión por el motociclismo. 2 La tensión del adelantamiento. Si hay una imagen que defina en sí misma la esencia del motociclismo de competición es cuando un piloto supera a un rival poco antes de trazar la curva. Sin duda, éstas son las instantáneas que persisten en el recuerdo de los aficionados. 3 Tiempo para la celebración. Una vez que el juez bajó la última bandera a cuadros de la jornada llegó el momento de los festejos. Con el olor a champán flotando en el ambiente todos, pilotos y aficionados, se conjuraron para repetir en 2007. Arriba, Pepín festejando su triunfo.