El Sevilla barre al Barça y le baja los humos antes el debut liguero

El Sevilla engrandó su palmarés con la primera Supercopa de Europa de su historia imponiéndose con extrema claridad al Barcelona por 0-3. Los andaluces borraron del mapa a los azulgrana dando un recital físico y de colocación que acabó con las aspiraciones cules. Rijkaard activó la alerta roja. El holandés recordaba la última visita al Camp Nou del Sevilla. El orden del conjunto andaluz puso contra las cuerdas a los azulgrana que necesitaron una genialidad de Ronaldinho para dar señales de vida. Y si el técnico azulgrana se lo sabía de memoria, Juande Ramos no iba a ser menos. Si quería la Supercopa de Europa debía cerrar el centro del campo de su rival y apostar por la contra. La clavó. planteamiento excelso adornado con una condición física muy superior a la azulgrana le dio el título. Al margen de su acertada estratagema, el Sevilla salió enchufado. Tres internadas con peligro en siete minutos con un Barça aletargado. En la tercera obtuvo premio. Entre Renato y Luis Fabiano fabricaron el primer tanto. Valdés pudo retener el disparo del segundo pero el otro brasileño aprovechó el rechace. El Barça recibió el mazazo casi sin inmutarse. A pesar de tener pegados en el cogote a sus rivales, tuvo que pasar un cuarto de hora para que los azulgrana arrancasen. Renato y Poulsen superaban a Xavi y Deco. Con el grifo ofensivo cerrado, Ronaldinho y Messi perdían demasiado la posición. Pese a recuperar algo de fuelle y con un Sevilla perpetrado en su propio campo, el Barça no ponía en excesivos apuros a Palop. Tras un par de remates de Eto'o, llegó el segundo mazazo. Una estacada en todo el escudo. Un saque de esquina mal señalado por el árbitro italiano, había falta de Luis Fabiano sobre Puyol, y una concatenación de errores azulgrana elevó la ventaja andaluza. El mediocre despeje de Valdés, la falta de atención de su defensa y el acierto de Kanouté dejaron a los catalanes contra las cuerdas. El Barça languidecía a marchas aceleradas. Puyol se multiplicaba para evitar las aproximaciones andaluzas ante la flojera de Márquez. Juande le seguía ganando la partida a Rijkaard. Con un Ronaldinho desquiciado ante Alves, al técnico holandés le costó un cuarto de hora mover su amplio banquillo cuando su rival ya había colocado en el descanso a Martí. El trivote andaluz aumentó la empanada azulgrana. Renato tuvo en su cabeza el tercero. El Sevilla no desfallecía. Su derroche físico era espectacular rebajando casi a la nimiedad las ocasiones de su rival. Eto'o tuvo la primera a veinte minutos de que el colegiado decretase el final del partido. Rijkaard optó por una medida drástica. Giuly por Sylvinho. Un remedio extremo sin consecuencia alguna. El conjunto barcelonista había perdido todos los emparejamientos individuales. Desde la defensa hasta el ataque, los jugadores sevillistas habían sido superiores. Y es que los andaluces le dieron un baño físico sin paliativos a su rival. Una gran victoria sevillista culminada con el tanto de Maresca tras un penalti de Puyol sobre Puerta tras una brillante jugada de éste.