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España envía para los Balcanes a la vigente campeona del Mundo

Serbia no fue nunca rival para una selección que se medirá el martes a Lituania en cuartos.

Publicado por
Amador Gómez - saitama
León

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España ya no es un simple equipo de baloncesto, es un bloque inmenso y poderoso que este sábado aplastó en Japón a la vigente campeona del mundo. La selección busca ansiosa la primera medalla de su historia en un Mundial y no parece dispuesta a dejarse frenar: arrolló sin miramientos a Serbia en un partido muy completo que permite afrontar con optimismo el duelo de cuartos de final del martes, contra Lituania (9.30 hora española). Después, la semifinal: el metal está ya en la punta de los dedos. La selección de Pepu Hernández tenía que confirmar los presagios de superioridad ante Serbia y saltó plena de juego e intensidad. Pocos minutos tardó en convertir un partido que amenazaba complicaciones en un choque cómodo y muy desequilibrado. El exiguo resultado final no refleja el dominio insultante que la selección ejerció sobre la defensora del título incluso con los jugadores de banquillo, que cada vez tienen mayor protagonismo en un equipo de talento y espíritu sobresalientes. España jugó siempre con autoridad, consciente de su supremacía, y llegó a superar a Serbia por 22 puntos (83-61) en el último cuarto. Para entonces, corrían por el parqué los suplentes, que se divirtieron, aunque tuvieron que soportar la dureza de un conjunto balcánico. En algún momento, pareció que buscaban la gresca, humillados no sólo por las estrellas españolas, sino también por jugadores con menor internacional, al menos de momento, como Sergio Rodríguez, Cabezas, Rudy, Jiménez, Berni Rodríguez, Mumbrú y Marc Gasol. En la exhibición no participaron Pau Gasol, José Manuel Calderón ni Juan Carlos Navarro, que cumplieron con creces en los tres primeros periodos pese al discreto nivel ofensivo del base. Además, titulares y reservas exhiben todo tipo de recursos defensivos y ofensivos. Serbia, desquiciada, se mostró impotente para frenar la avalancha española. Sólo en los minutos finales, el relajo del rival permitió a los balcánicos maquillar la humillación, pero queda en los anales que llevan cinco años sin vencer a los españoles. España ha crecido, y mucho. Ya no depende de Gasol -ni de nadie-, así que si el líder de la selección se emplea como este sábado, a fondo y con grandeza bajo los aros, con 19 puntos y 15 rebotes en 24 minutos y medio, la conjunción es demoledora. Comienzan a faltar adjetivos. El trabajo defensivo impresiona, derrocha poderío en todas las líneas y acude a cada partido con un perfecto estudio del rival. Y la plantilla abruma: entre Navarro y Jorge Garbajosa sólo sumaron 13 puntos, pero dio igual. Con los suplentes en cancha, España cerró la primera parte con 12 arriba (43-31) y sin haber permitido a los balcánicos un solo triple en los primeros veinte minutos. Hacia arriba De Serbia y Montenegro preocupaban, sobre todo, Igor Rakocevic y Darko Milicic, pero el escolta serbio se anuló a sí mismo con su individualismo: ni una asistencia, 4 de 9 en tiros de campo y 1 de 4 triples. Por su parte, el pívot de los Orlando Magic perdió casi siempre la partida ante Gasol, aunque acabó con 18 puntos y 15 rebotes. España en cambio siguió generando buenas noticias. Rudy Fernández derrochó un juego espectacular y Marc Gasol sale a pista cada vez más confiado en sí mismo y con algo más de experiencia en el juego sucio que requiere la gran competición. El hermano de Pau, que no falló ni una canasta, acabó con un derrame en su ojo derecho consecuencia de uno de los muchos palos que recibió en la zona, peor nunca se amilanó. Pepu Hernández vivó el partido muy tranquilo. Ni se alteró cuando Serbia y Montenegro se acercó a siete puntos (35-28) en el segundo periodo, después de un inicio aplastante en el que el imparable Calderón se burló con su talento y velocidad de la defensa balcánica.

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