Ventoso entra en el círculo de los elegidos derrotando a los mejores

Florencio Pérez estaba sentado a la puerta de su casa, aprovechando la sombra que proyectaba el trozo de tejado que sobresalía por encima de la construcción. Había instalado una silla de madera, como otros muchos vecinos de Almendralejo, para ver el paso de los ciclistas. Se metió dentro hasta que observó por televisión que el pelotón se acercaba a su pueblo. Volvió a salir a la calle, se sentó en la silla y pudo observar como pasaba por delante de él una marea de maillots que no eran fácilmente distinguibles por la velocidad a la que iba el grupo. La temperatura era de 40 grados. Le dio tiempo a ver el paso de los ciclistas y luego presenciar el esprint por televisión. Ganaba Francisco Ventoso, un corredor de 24 años, que conseguía para Saunier Duval su primer triunfo en la Vuelta a España de este año y lo hacía por delante de Hushovd, O¿Grady, Zabel y McEwen. Casi nada. Ventoso dejaba por detrás a una nómina de esprinters de nivel mundial y entra dentro del selecto grupo, del círculo de los elegidos, de hombres rápidos que han conseguido sorprender a corredores que no suelen cometer muchos errores, pero que en algunos casos están acusando la temporada tan cargada que llevan. El noruego Thor Hushovd mantuvo su maillot oro sin mayores problemas. Ventoso se encuentra fuerte y eso le sirvió para vencer. Es un corredor formado íntegramente en Saunier Duval. Empezó a correr en infantiles con esos colores, en un equipo en el que era el único chico, el resto eran chicas, que dirigía Juanjo Peñalosa. Le metió el veneno del ciclismo su hermano, que dejó de correr en cadetes. Él siguió. Sus comienzos en profesionales resultaron espectaculares. En su primera temporada logró dos triunfos, en la Vuelta a Qatar y en el Campeonato de Estados Unidos. Dedicada a Millar Un comienzo fulgurante hasta que su carrera sufrió un estancamiento: «En mi primer año de profesional tenía la moral muy alta, pero el segundo, lo pasé mal. Machin me llevó a carreras buenas, como las clásicas, pero eran muy duras. Esta temporada me voy encontrando mejor». Francisco Ventoso es otro productor de la inagotable cantera de corredores y esprinters cántabra, Alfonso Gutiérrez u Óscar Freire, en una tierra plagada de montañas por todos sus recovecos: «No hay una explicación para que salgan hombres rápidos allí. Al menos yo no la sé».Josean Machin, su director, se puso serio con él hace unos meses, le leyó la cartilla, y ya ganó una etapa en la Euskal Bizikleta. Ventoso, la llegada, fue lo mejor de una etapa en la que se quedó corto el peor de los horarios previstos, 39 kilómetros por hora, y se llegó con media hora de retraso. Demasiados kilómetros, mucho calor, hubo equipos que consumieron 250 bidones de agua, la típica escapada, en esta ocasión de tres corredores, y la gran sorpresa en la llegada. Curiosamente, en la primera etapa, Ventoso estuvo protegido en todo momento por David Millar, pero como las cosas no le salieron bien Machin le dijo al escocés que hiciese su carrera. Por eso atacó en el último kilómetro. «Millar trabajó para mí en el Tour, también lo hizo en la primera etapa de la Vuelta. Parte de este triunfo es de él». Su gran ídolo cuando empezó era el uzbeko Djamolidine Abdoujaparov: «La primera vez que le vi me impresionó». Saunier Duval comienza a rentabilizar la inversión que hizo con muchos de sus corredores y continúa obteniendo resultados importantes. La gran ilusión de Ventoso sería ganar el Mundial. De momento, este año está preseleccionado para esa cita: «Se que si voy trabajaré para Freire y Valverde». Sin Óscar Freire las llegadas de la Vuelta a Españ este año parecían abonadas a los llegadores extranjeros, pero ya nos están aportando sorpresas. La de ayer es la segunda después de la victoria de Bettini. Puede que hoy haya nacido el sucesor de Óscar Freire. Ventoso tiene grandes cualidades para convertirse en el «nuevo Freire». De momento, ambos son cántabros.