Macijauskas y el poderío en la zona

Lituania ganó a España la final del Eurobasket de Estocolmo 2003, pero aquella selección tenía jugadores decisivos que no están en Japón. Sobrevive Arvydas Macijauskas, que anotó 21 puntos. Tres años después, el poder de los lituanos reside de nuevo en el escolta, que continúa letal en el tiro exterior, y en la fuerza interior del equipo, representada por los dos gemelos Darjus y Kristof Lavrinovic, así como Robertas Javtokas y Darius Songaila. Macijauskas, nuevo jugador del Olympiacos después de su frustrada etapa en la NBA, es el único lituano destacado en las estadísticas individuales del mundial. Sin embargo, su rendimiento ha sido irregular y discreto para el talento y la calidad que atesora. Tiene 17,2 puntos de media (Pau Gasol lleva 21), y un 41 por ciento en triples (13 de 32), cuando Rudy Fernández destaca con un 61,1. Los pívots son también poderosos, aunque después de seis partidos ningún lituano aparece entre los diez mejores reboteadores y sólo Javtokas, con 2,10 metros, puede presumir de llevar ocho tapones. Gasol, sin embargo, acumula ya 13. Aunque la escuela báltica siempre ha dado buen baloncesto, en la actualidad escasea la buena dirección de juego en Lituania. Y el seleccionador no encuentra un hombre de su plena confianza para guiar el juego. Giedrus Gustas, Mantas Kalnietis y Tomas Delininkaitis se alternan en el puesto de base con un pobre nivel, y ese es el mayor hándicap del equipo. Y entre los aleros, el prometedor joven Linas Kleiza no ha explotado: lleva una media de 8,7 puntos, con un pésimo 22 por ciento en el lanzamiento exterior. Pese a los defectos, los jugadores lituanos son potentes en el aspecto físico, muy polivalentes y siempre están dispuestos a tirar desde más allá de la línea de 6.25, aunque su porcentaje de acierto en los triples es peor que el de España, un 32 frente a un 42 por ciento. Nerviosos Lituania ha ido de menos a más en el mundial. Sufrió en octavos ante Italia, paritdo en el que demostró que sus jugadores sucumben a los nervios en los momentos clave. La habitual frialdad lituana desde la línea de personales no ha aparecido en Japón, donde el equipo ha fallado, y ya es noticia, más tiros libres que España. Sólo ha conseguido el 65 por ciento, mientras que la selección 'roja' llega hasta el 70. Sus numerosas y notables bajas en Japón y la ausencia de bases de garantías han mermado la moral de este grupo dirigido por Antanas Sireikas, que ha llegado a ser criticado en público por Macijauskas. El seleccionador lituano ha tenido muchos problemas para formar una selección con aspiraciones en este campeonato del mundo. Ante España, su techo debe estar de nuevo en los cuartos. La conjura de España Todos contra Macijauskas. Los jugadores españoles se han conjurado para anular en equipo a la estrella lituana, «un tirador nato cuyo punto débil es la defensa». Los internacionales de Pepu Hernández insistieron desde que eliminaron a Serbia en que una de las claves para acceder a las semifinales es frenar al ex jugador del Tau, aunque sin obsesionarse con él. Dirk Nowitzki fue secado por Jorge Garbajosa e Igor Rakocevic por Juan Carlos Navarro, pero los técnicos españoles destacan que fue el trabajo del grupo el que forzó que el alemán tuviese escasas opciones de tiro y el serbio acabase desquiciado. Contra Arvydas Macijauskas también es imprescindible el trabajo colectivo. Por su parte, el escolta lituano otorgó al equipo español la condición de favorito, y no sólo para alcanzar las semifinales, sino para subir a lo más alto del podio. Lo hizo ante los periodistas españoles tras uno de los últimos entrenamientos de Lituania «España es la favorita para llevarse la victoria en este partido, y no me sorprendería que ganara el oro, porque es la selección con mejor baloncesto del campeonato», sentenció. El nuevo fichaje del Olympiacos se deshizo en elogios hacia la selección española, «que no sólo tiene a cinco o seis jugadores importantes, entre ellos Gasol, Navarro o Calderón, sino también muchos recambios». «España es un bloque que juega como un verdadero equipo», reconoció Macijauskas.