El Ademar se adjudica el Ciudad de Avilés sin pisar el acelerador (23-20)
En el último test antes de iniciar la campaña, los de Cadenas doblegaron al Alcobendas
El Ademar León impuso su ley de equipo de la máxima categoría en la final del Trofeo Ciudad de Avilés, que ganó a un digno rival, el Alcobendas de la División de Honor B, por un estrecho pero suficiente margen de tres goles, 23-20. El equipo de Manolo Cadenas no necesitó forzar para nada su ritmo y se tomó el partido como un test más en la preparación de la campaña que comienza de forma inminente. De entrada, el encuentro fue a coincidir de pleno con la finalísima del Mundial de Baloncesto, lo que se hizo sentir y mucho en la asistencia de espectadores. En cuanto al desarrollo del partido en sí, comenzaron más metidos en la faena los madrileños, conducidos desde el banquillo por el legendario Rafa Guijosa. Ademar parecía estar más en un entrenamiento con público que en un encuentro, pero es algo lógico a estas alturas de temporada, y más en un bloque que ha sufrido tanta renovación como el de Manolo Cadenas, sin duda el equipo de Asobal que mayor lavado de cara ha sufrido este verano. Sostenido por la efectividad de su pivote Tremps, el Alcobendas llevó la iniciativa, aunque los leoneses no tardaron mucho en poner más ritmo a su defensa, encontrando además el brazo de Schlinger para dar un tirón en el marcador camino del descanso. El jugador austriaco se mostró de los más inspirados en su equipo, que poco a poco fue mejorando el tono en el trabajo defensivo, sacando rápidos contragolpes para ir adquiriendo ventajas. Y es que, juegue quien juegue en el Ademar, si se nos permite el símil es como el Atlético de Madrid de balonmano, una entidad donde el contragolpe suele ser siempre una de las armas predilectas. Y en eso la persona que tiene mucho que ver, todo que ver, se sienta en el banquillo y se apellida Cadenas. Aumentaron sus rentas los leoneses en el arranque del segundo tiempo, en el que abrieron brecha hasta dejar resuelto el trámite. Pero no todo iba a resultar tan sencillo, ya que un atasco de trece minutos sin hacer gol del Ademar permitió al Alcobendas recortar diferencias aunque su reacción fue costosa y sin llegar a dar muestrar de poder frenar a los de Cadenas. El equipo se vio apurado en los últimos compases, pero supo mantener la sangre fría ante un rival entusiasta pero con menor calidad, indudable, y el torneo se fue para León.