La selección culmina su semana mágica con el Príncipe de Asturias

La selección española de baloncesto culminó ayer su semana mágica con la obtención del Premio Príncipe de Asturias de los Deportes. Su candidatura, llegada en el último suspiro, se impuso a las propuestas tenísticas (Rafael Nadal, solo o en compañía de Roger Federer, y André Agassi), al equipo nacional de natación sincronizada, a la individual de Pau Gasol y a la pertiguista Yelena Isinbayeva. El básket sucede en el palmarés a Fernando Alonso que, el año pasado, también se proclamó campeón del mundo. La irrupción de los Gasol y compañía decantó una elección que se preveía muy difícil dado que no había un claro favorito. El equipo de Pepu Hernández arrasó en la votación. Obtuvo 18 de los 20 votos del jurado; se produjo una abstención y Arantxa Sánchez vicario apoyó a André Agassi, cuya candidatura impulsó. El acta del veredicto señala que el combinado nacional ha sido «un ejemplo de superación ante las dificultades, de espíritu de equipo, de sencillez y de compromiso con los valores del deporte». El presidente del jurado, Juan Antonio Samaranch, fue más allá. No sólo alabó los logros deportivos de esta generación de baloncestistas, sino la imagen que han dado a la sociedad con su triunfo. «Ha transmitido al mundo, y de forma especial a los jóvenes, una renovada ilusión por el fomento y cultivo del deporte», explicó el presidente honorario del Comité Olímpico Internacional. Repercusión y sorpresa La póstula para el galardón la realizó el secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, cuando la selección todavía se batía el cobre en cuartos de final. Fue la última en llegar a Oviedo, pero la más valorada. La imagen de unidad, alegría y compañerismo que los chicos de 'la roja' ofrecieron durante la competición ha impactado en la sociedad española, más acostumbrada a que los deportistas de otras disciplinas no exhiban esos valores. Actitud del equipo Esas características también llamaron la atención del jurado. «Lo más destacable es la actitud del equipo que ha contagiado a todos. Ha demostrado que un grupo de jóvenes pueden conseguir cualquier cosa cuando realmente se lo proponen», apuntó el presidente del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco. Por su parte, los premiados recibieron la noticia esparcidos por la geografía española, después de cumplir con todos los compromisos oficiales. A la mayoría les sorprendió que los premios Príncipe de Asturias se acordaran de un deporte en equipo. Sólo en cinco ocasiones -desde 1981- se ha premiado a un conjunto y no a un deportista individual. Pepu Hernández consideró que el premio tiene «mucho valor» por la calidad del resto de aspirantes y es la recompensa al trabajo «bien hecho». «Conseguir un galardón tan importante y significativo es algo extraordinario», expresó, feliz, el entrenador. Reconocimiento inmenso Pau Gasol se encontraba en Madrid antes de volar a Memphis para que los doctores de su equipo vean el estado del pie. Al conocer la concesión del premio, señaló que es una noticia «muy feliz para todas las personas que aman el baloncesto». A Jorge Garbajosa, que también prepara las maletas para su viaje a Toronto, donde le espera su equipo que milita en la NBA, se le puso la piel de gallina al saber la noticia. «Es un reconocimiento inmenso para cualquier deportista del mundo, son demasiadas celebraciones y premios en tan pocos días, lo que está provocando que no hayamos bajado de la nube», afirmó el nuevo jugador de los Raptors. El Eurobásket en España Desde Barcelona, Rudy Fernández y Alex Mumbrú se unieron a sus compañeros en la alegría. El nuevo jugador del Real Madrid consideró que el Mundial y el Príncipe de Asturias tienen que ser una motivación para el Eurobasket que se celebrará en España el año que viene. «No nos habíamos hecho a la idea de lo que suponía la medalla de oro hasta que hemos venido aquí y nos está pasando todo esto. Es increíble», explicó el alero en la web blanca. Felipe Reyes coincidió con su compañero: «Desde que llegamos a Barajas todo han sido felicitaciones, recibimientos y premios. Poco a poco nos lo vamos creyendo».