Luis sigue como seleccionador tras efectuar un amago de dimisión
Villar frena el intento de abandono del Sabio de Hortaleza al respaldarle y negarse a negociar su adiós
Siete horas después de expresar su firme deseo de marcharse y de comprobar que la federación le respalda y, sobre todo, no está dispuesta a negociar una dimisión, Luis Aragonés dio marcha atrás y comunicó que sigue como seleccionador nacional. Contracorriente, dará una lista de convocados con varias novedades y se sentará en el banquillo de Solna (Estocolmo) en el fundamental choque ante Suecia, el próximo 7 de octubre. El técnico madrileño se entrevistó ayer por la mañana con Ángel Villar, durante unos 40 minutos, en Las Rozas, y le trasladó su deseo de abandonar, pero «con connotaciones», se supone que de tipo económico. El presidente de la Federación Española de Fútbol (FEF) rechazó esta especie de dimisión condicionada y el sabio de Hortaleza se dio un par de días de plazo para la reflexión. No apuró los tiempos y a media tarde decidió seguir. «Tras haberlo pensado, he decidido continuar», comunicó Luis por teléfono a los dirigentes federativos. Fracasado en el Mundial, criticado de forma unánime por la opinión pública, sin confianza en los jugadores, enfrentado con algunos pesos pesados como Raúl y con la próxima Eurocopa en peligro tras el ridículo de Belfast, Luis había llegado a la conclusión de que su ciclo ha terminado. En realidad, lo tenía claro desde el Windsor Park de Belfast, donde dijo que no dimitía, pero animó a la FEF «a tomar las decisiones que estime oportunas». Pero al comprobar que Villar no mueve ningún hilo, decidió mover ficha. Luis se siente hastiado, abatido, pero no aceptaba irse gratis -tiene acordados de forma verbal, que no firmados, dos años más de contrato por los que recibiría aproximadamente un millón de euros- y comprobó que Villar no estaba dispuesto a destituirle, ni a pagar un euro de las maltrechas arcas federativas por una dimisión. Promesas incumplidas Luis confía ahora en que la FEF rubrique la renovación por escrito y que también cumpla su promesa de hacerle mánager general o director deportivo, con plenos poderes para decidir su equipo de trabajo y preparar el relevo. Entre otras cosas, el seleccionador no entiende cómo Iñaki Sáez, un entrenador que no es de su cuerda, siga al frente de la sub-21, con la que tiene vínculo hasta junio de 2007. También reclama un jefe de expedición, algo así como un policía que vigile y castigue los actos de indisciplina de los jugadores. «He presentado mi dimisión, que es lo todos querían», dijo un esquivo Luis en referencia los medios de comunicación antes de las 11:00 horas, tras verse las caras con Villar en la Ciudad del Fútbol. El veterano técnico rehusó decir qué había cambiado este fin de semana para que el viernes asegurase que no pensaba arrojar la toalla y en ese momento, sin embargo, plantease su renuncia. «Uno presenta la dimisión porque la presenta. Antes dijisteis lo que dije y ahora diréis lo que digo. Si sigo o no, depende de ciertas connotaciones», adujo en un juego de palabras. Tras apostar por la continuidad, no hizo aclaración alguna. Antes de que se explicara así Luis, fue Jorge Carretero, el portavoz de la junta directiva de la FEF, quien tuvo que ejercer de Villar y dar cuenta de los argumentos federativos. Insistió en que este organismo «tiene plena confianza en Luis y no hay motivo de alarma para aceptar su marcha». «Tiene nuestro respaldo, estamos convencidos de que con él podemos ganar en Suecia y reconducir la situación. Así se lo hemos hecho saber y ahora él tiene la última palabra», apostilló.