Brasil y Japón, pistas idóneas

Fernando Alonso entrenará desde el miércoles en el circuito de Jerez, donde va a preparar los grandes premios de China y Japón, con la complicada tarea de defender los dos puntos de ventaja que ahora tiene en el Mundial sobre Michael Schumacher. En caso de no haber sufrido el problema mecánico en el motor de su Renault, al parecer en un pistón, Alonso hubiese sumado seis puntos en el GP de Italia, pero tuvo que irse de Monza de vacío y el alemán amenaza ya sus aspiraciones de conquistar el que sería su segundo título del mundo consecutivo. El piloto español, sin embargo, no quiere perder el optimismo. «En Monza podía haber llegado hasta Raikkonen y presionarle, pero lo importante es que tenemos un coche competitivo», sentencia Alonso. El asturiano cuenta con cierta ventaja en Japón y Brasil, donde el chasis es muy importante, mientras que en China se prevé más igualdad con Ferrari. Como en todos los órdenes de la vida, hay que buscar el lado positivo de cada situación, y en eso Alonso es un maestro. El año pasado Renault preparó un motor especial para la carrera de China, que cerraba la temporada, y este año Ferrari ha hecho lo mismo para Brasil. Alonso hubiese llegado a Brasil con el motor utilizado en Japón, y ahora podrá estrenar un propulsor exclusivo para una carrera, es decir más potenciado, que le permita defenderse de Schumacher. En Jerez se definirán muchas cosas, especialmente de neumáticos, que se completarán con otras pruebas en Silverstone a la semana siguiente, antes de enviar el material para China y Japón. En el equipo Renault, aunque tarde, parece que se han dado cuenta de quién es el piloto que tiene que ganar. En la parrilla de salida de Italia Flavio Briatore dio una charla conjunta a los dos pilotos, algo que podía haber hecho sin tanta evidencia, y sobre todo unas cuantas carreras antes, especialmente en Estados Unidos, donde Alonso perdió dos puntos que pueden pesar mucho en el campeonato, cuando Fisichella en lugar de defender a su compañero lo rebasó. Las órdenes de equipo, prohibidas por la FIA, funcionaron también en McLaren, donde Pedro de la Rosa, antes de subirse al coche, recibió las correspondientes instrucciones de su jefe, Ron Dennis, para que no tapara a Alonso, que salía tres posiciones por detrás del catalán. Sorprendió la aparatosidad de Briatore al llamar a Fisichella para que se reuniera con Alonso y trazar la táctica de la salida. Por los gestos de los pilotos parecía que bailaban el Asereje. Al final todo salió bien y no hubo incidentes.