La Deportiva se exhibió ante Las Palmas en cinco minutos mágicos

La Sociedad Deportiva Ponferradina se impuso con claridad a la Unión Deportiva Las Palmas gracias al acierto anotador que tuvo en cinco minutos del primer tiempo en los que marcó dos tantos casi consecutivos por medio de Raponi y David García, en propia meta. Risso sentenció con el tercero a falta de un cuarto de hora para la conclusión. El inicio del partido registró una mayor presión de los insulares que hacían imposible la posesión de la pelota en los pies del cuadro local. Parecía que los de Sánchez Aguiar pretendían imitar al Sporting de Gijón en una salida intensa que pilló de sorpresa al cuadro de Pichi. Un par de faltas botadas por el ex de la Real Sociedad B, Castillo, junto a un disparo desviado de Txiki, fueron todo el arsenal de los amarillos en el arraque del partido. A estos argumentos la Deportiva respondió con serenidad. Conscientes de que su juego no contempla exceso de revoluciones, los blanquiazules trataron de aprovechar la combinación entre Rubén Vega y Fran para acercarse a Nacho Fernández. En esta oportunidad, Diego Ribera no estaba en el campo porque Pichi dispuso la titularidad del uruguayo Ignacio Risso. El míster sacrificó esta vez el valor de la estrategia, en la que el valenciano es maestro. El partido marchaba igualado, con los canarios teniendo más tiempo el cuero hasta que la Deportiva hizo uso de su mejor arma esta campaña, la estrategia. Rubén Vega es objeto de falta en banda derecha y hasta allí llegó Raponi para botar el golpe franco. En ausencia de Ribera, el argentino acarició el cuero hacia el interior del área, donde Risso peina, igual que hizo Rubén el día del Numancia, pero ahora el meta Nacho González acertó a meter la manopla lo justo para despejar contra el larguero y mandar posteriormente a córner. Fue la mejor ocasión del partido hasta ese momento y a partir de entonces la Deportiva empezó a tomar las riendas. Eso se iba a traducir en el primer tanto del partido pocos minutos después, cuando una buena triangulación de los propietarios del terreno llevó el balón a Fran que inicia la cabalgada antes de ceder a Juan Pablo Raponi, con espacio, para que el argentino se la colocara en la pierna buena y largara un zurdazo ajustado al palo que hizo inútil la estirada de Nacho González. Se desmelenaron los locales que parecieron desplegar sus alas después del tanto y apenas dos minutos después lograron ampliar la ventaja en el electrónico. Fue como consecuencia de un balón en largo sobre Juan Fuentes quien salva la salida del meta canario para lanzar flojo hacia el portal desierto. Allí llegaban a la desesperada los centrales amarillos para interceptar el cuero y de hecho David García desvió el balón pero no lo suficiente como para evitar que terminara alojándose en las mallas de Nacho González. Era el delirio para una afición que se entregó a su equipo sin límites y que puso a prueba la consistencia de las gradas botando al unísono para celebrar los mejores minutos de su equipo. Los canarios acusan el golpe El cuadro insular quedó aturdido durante unos momentos y la Deportiva incrementó su dominio. Sin embargo, tras este período que sirvió para desequilibrar el encuentro por partida doble, las cosas volvieron a la normalidad y el cuadro de Carlos Sánchez Aguiar volvió a estirarse para buscar las inmediaciones de Rubio que estaba salvando el compromiso sin apenas sobresaltos. El técnico madrileño de la Unión Deportiva mandó a calentar rápidamente a Siro Darino, Arriaga y Maric, tres hombres de corte ofensivo para tratar de buscar soluciones en un partido que se escapaba por momentos. Y de este modo se alcanza el final del primer tiempo con una jugada curiosa porque justo antes de la conclusión, se produce un choque entre dos jugadores canarios, quedando contusionado sobre la alfombra del Toralín el espigado Miguel Cobas. Dani Borreguero se apoderó del cuero y antes de que le diera tiempo a echarlo fuera del campo para que su rival pudiera ser atendido por las asistencias, el árbitro cántabro hizo sonar su silbato, deteniendo el juego para dejar entrar a los auxiliares de la Unión Deportiva Las Palmas. Como está de moda el asunto sobre si se debe o no tirar la pelota fuera en caso de una lesión del contrario, la circunstancia tenía cierto morbo. Como se presumía, Sánchez Aguiar hizo cambios para el segundo tiempo. Juanma y Siro Darino tomaron el relevo de Javi Martel y Viyuela. Los canarios llevaban de nuevo la iniciativa pero las contras de la Deportiva tenían más visos de hacer daño ahora porque los amarillos adelantaron posiciones y dejaban más huecos sin cambiar el mismo dibujo con el que empezaron la contienda. Con el paso de los minutos iban creando más peligro los insulares, hasta que un centro perfecto de Nauzet Alemán desde la derecha fue rematado con la testa por Miguel Cobas contra el travesaño, con Rubio ya superado. El público entendió que el equipo necesitaba apoyo y rugió desde las gradas para animar a los suyos. Mucho peligro a balón parado Los canarios enseñaron sus garras de la única manera que podían, a balón parado. Desde allí y gracias a varias faltas que señaló el cántabro Teixeira Vitienes, el auténtico especialista Nauzet Alemán estuvo a punto de recortar las diferencias pero por fortuna para Rubio, el balón salió desviado en ambas oportunidades. Luego llegó una jugada que pudo marcar el devenir del partido. Las Palmas pidió penalti en una entrada de Nacho Borreguero sobre Arriaga que tenía mala pinta. El cántabro amonestó al delantero vasco por entender que había provocado la incidencia. Y a renglón seguido pudo sentenciar la Deportiva cuando Fran buscó la pared con Risso y resolvió con un disparo sobre la marcha que salió por encima del larguero. Cuando más atacaban los canarios, buscando recortar distancias, llegó una gran acción personal de Fran que se hizo un hueco en la banda derecha para terminar ganando la línea de fondo y desde la cal sirvió medido para que Risso cabeceara a la red el tercer tanto, provocando que la ola se instalara en El Toralín. De ahí al final, sólo Bornes, con un cabezazo al palo, y luego Juanma, con una vaselina austada al larguero, llevaron el peligro al marco de Rubio que salvó sin agobios el compromiso.