Torres reitera su papel de jugador franquicia pero despeja su salida
A cambio de un año más, hasta el 2009, su rescisión pasa de 90 a 40 millones de euros
El Atlético de Madrid y Fernando Torres prorrogaron ayer su matrimonio por una temporada más, hasta junio de 2009, pero al mismo tiempo facilitaron la separación en el caso de que aparezca un tercero que enamore al «Niño». Por 40 millones de euros, nada que ver con los 90 que hasta ahora se fijaban como cláusula de rescisión, el buque insignia del club rojiblanco compraría su libertad. Equipo y jugador renovaron su amor y compromiso en un acto público y pusieron fin a los rumores surgidos tras el flirteo de Torres con novias tan atractivas como Inter de Milán, Milan, Manchester United, Tottenham y Newcastle. Pero dejaron la puerta abierta a una hipotética marcha que beneficie a todos y, de cara a la afición, no dañe sus imágenes. Si un club decide abonar la cláusula, Enrique Cerezo podrá argumentar que el traspaso de Torres era innegociable, pero que la ley es la ley y que, con el dinero en mano, no quedaba otra que dejar emigrar al internacional. Si el día de mañana vuela para crecer, el ariete siempre podrá presumir de que deja las maltrechas arcas saneadas. El quid del acuerdo reside en esa rebaja de la rescisión, ya que apenas se ha modificado su ficha y sólo se amplia un año el contrato.