León saca partido a su juego deperímetro para derrotar al Zalguiris

Baloncesto León concluyó sus partidos de pretemporada ayer en La Bañeza al imponerse al Zalguiris Kaunas por un apretado 83-84. Los hombres de Aranzana, muy tocados después del pobre debut de la liga ante el Manresa, aprovecharon el bolo bañezano para intentar completar la preparación de cara a lo que será su presentación oficial ante el conjunto del Autocid de Burgos. El partido, por lo apretado del resultado, resultó interesante, si bien es verdad que son escasas las conclusiones que se pueden sacar de cara a la competición liguera. Los cerca de medio millar de aficionados que presenciaron el encuentro disfrutaron de un partido marcado por el mayor potencial físico de los lituanos que, jugando a medio gas y sin Tanoka Beard, fueron capaces de plantarles cara a los leoneses y tan solo por el error en el último tiro no se adjudicaron el triunfo. Las diferencias entre ambas escuadras eran evidentes. Los leoneses, un equipo más modesto y creado para una categoría como la LEB, poco tienen que ver con una plantilla con muchos centímetros y peso que iniciará en breve la Euroliga. Fruto de estas diferencias, el dominio bajo los tableros correspondió a los lituanos, que sin excesivo esfuerzo planteaban posiciones como las de tiro aprovechando el bloqueo de sus pívots. Su director de juego, el serbio Popovich, dio un recital llevando el tiempo del partido y provocando serios dolores de cabeza tanto a Dumas como a Bernabé. León, disciplina táctica No obstante, León mantuvo un disciplina táctica, un rigor ofensivo y defensivo y una mayor seriedad que propició que en cada uno de los cuartos las diferencias fueran mínimas. La incertidumbre del marcador final propició acciones interesantes, sobre todo de carácter ofensivo, si bien es verdad que los pívots leoneses no rehuyeron el enfrentamiento y eso les supuso que tanto Peterson como Otegui abandonaran la cancha por faltas personales antes de la conclusión del encuentro. Sin grandes alardes, León conseguía imponer mínimas diferencias pero los lituanos, con una profundidad de banquillo más amplia, aprovechaban su mayor potencial para llegar al tramo final del partido donde el acierto de cara al área rival desde el perímetro resultó letal. Ahí fue donde León estuvo más consistente con el juego de sus dos argentinos Bulfoni y Quinteros, sobre los que gravitó una victoria apretada pero al fin y al cabo victoria. A la hora de sacar conclusiones, escasas son las mismas, ya que nada tiene que ver un partido así con lo que se encontrará Baloncesto León en el palacio ante el Autocid.