Messi soluciona in extremis un choque que el Barça tuvo perdido (1-1)

El Barça salvó los muebles en el último instante de su encuentro ante el Werder Bremen gracias a un tanto de Messi. Tras el gol en propia puerta de Puyol y la preocupante lesión de Samuel Eto'o en el menisco de su rodilla derecha, la magia del argentino hizo posible que los azulgrana obtuviesen un resultado positivo de su visita a Alemania en la segunda jornada de la primera fase de la Liga de Campeones. Un encuentro en el que los azulgrana tuvieron que sobreponerse al infortunio de encajar un gol en propia puerta y perder por lesión a su goleador, el camerunés Samuel Eto'o. El Barca no jugó un buen partido en el mismo escenario en que la pasada temporada inició, con éxito, el camino que le llevaría a conquistar su segunda Copa de Europa, y ante un equipo, el Werder Bremen, que hacía más de un mes que no ganaba un encuentro. El técnico alemán, Thomas Schaaf, le ganó la partida a Frank Rijkaard en el planteamiento de salida, dejando en el banquillo al croata Klasnic y apostando por Hunt como pareja de Klose en la punta de ataque. Como si la camiseta naranja que estrenaban de forma oficial no fuera con ellos, al Barça le costó un cuarto de hora darse cuenta del inicio del partido. Agobiados por el empuje de su rival, los azulgrana parecían un muñeco en manos alemanas. A base de mucho desgaste físico, el Werder Bremen apretaba sin cesar al corazón catalán. Motta, Deco e Iniesta perdían la batalla del centro del campo convirtiendo a Diego en el cerebro local. Tuvo suerte el cuadro de Rijkaard que Hunt y no Klose se erigiera en el rematador de las dos ocasiones generadas por los teutones. Tanto Rijkaard como Schaff se habían guardado un par de ases en la manga. Las entradas de Oleguer, por parte azulgrana, y de Mertesacker -debutaba con el Werder en partido oficial- y de Hunt habían escapado de cualquier vaticinio. Puestas las cartas sobre la mesa y transcurrido el irreverente dominio alemán, el Barça apaciguó los ánimos de la ferviente hinchada del Weser Stadion. De inicio, fruto de un par de pérdidas locales que la lentitud de Ronaldinho y de Eto'o echaron al limbo. Después, a su manera Con un Iniesta crecido, el Barça puso la dosis de control necesaria para calmar las andanadas del Werder Bremen. Aunque faltaba mayor velocidad en las combinaciones, los azulgrana generaban peligro. Giuly y Deco se acercaban a la portería bien defendida por Wiese. El Barça había recuperado el dominio aunque mostraba un par de preocupantes lagunas. En defensa, Puyol aparece algo más lento. Esa marcha de menos la esconde con su habitual derroche de energía y con la compañía de un estelar Thuram. En la medular, Motta perdía la posición con mucha facilidad permitiendo la entrada con completa libertad de Borowski y de Frings. A esas carencias los azulgrana reiteraron otra vez su escasa actitud a imagen y semejanza del pitido inicial. Tras el descanso y sin sentir el agobio del Werder Bremen, el Barça andaba entre sobrado y ausente. Una desgraciada acción de Puyol encendió la alarma. El capitán batía a Valdés y acto seguido los catalanes acumulaban un nuevo contratiempo tras la lesión de Eto'o en el menisco externo de su rodilla derecha. El delantero camerunés podría ser operado y probablemente deba estar un mes de baja. Llegó la sentencia Con todo el equipo pendiente de la lesión del camerunés, Borowski y Klose pudieron sentenciar. Rijkaard quiso cambiar la decoración con la entrada de Messi. El argentino era su única opción tras el extraño pasotismo de un Ronaldinho desconocido. Esta vez era fácil pero Rijkaard acertó. Tras una primera ocasión bien despejada por Wiese, Messi acalló al estadio alemán. Pared con Deco y disparo al fondo de la red. Un tanto oportuno para encarar los dos próximos compromisos futbolísticos ante el Chelsea con mayor tranquilidad.