Los atletas piden sanciones más largas por los positivos
La Agencia Mundial Antidopaje estudiará una propuesta sobre la aprobación de multas económicas
La velocista bahameña Debbie Ferguson y el vallista francés Stephane Diagana, que participaron ayer en el Congreso Mundial Antidopaje de la IAAF, abogaron ayer por alargar las sanciones e, incluso, imponer multas económicas a los que den positivo. Ambos propusieron extender las suspensiones de dos a cuatro años en la primera ocasión en la que fallen en un control, así como que devuelvan los beneficios económicos que hubieran tenido y paguen los posibles daños. «Es necesario volver a las sanciones de cuatro años para la primera ofensa y de por vida para la segunda. Dos años no es suficiente. La potencial pérdida de dos Mundiales y unos Juegos Olímpicos, o ser cuatro años más viejo cuando se vuelva a la competición son consecuencias más importantes», explicó Ferguson. Diagana apuntó que «actualmente, un atleta que se dopa es como un ladrón, que, una vez que ha sido cogido, solamente corre el riesgo de que se le dice que tiene que dejar de robar». Incluso, el francés consideró que «los atletas deberían poder demandar a otros atletas que dañan su carrera. Debería haber una especie de recurso por la pérdida financiera o la pérdida de clasificación. Hay una lista larga de aquellos dañados por estafadores y ellos no tienen ningún derecho de poner reclamaciones». En cuanto a las sanciones por las ausencias en los controles fuera de competición, Ferguson recomendó que se redujera el plazo para sancionar. Actualmente, un atleta es suspendido si los agentes antidopaje no le encuentran en tres oportunidades en el plazo de cinco años, y la bahameña abogó por reducirlo a un periodo de tres faltas entre 18 meses y dos años. El sueco Arne Ljungqvist, vicepresidente de la IAAF y miembro del comité ejecutivo de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), señaló que la Federación Internacional abordará el incremento de las suspensiones próximamente, aunque recordó que en 1997 se encontró con la resistencia de países europeos, Japón y Brasil. Ljungqvist se mostró optimista en cuanto al incremento a cuatro años, sobre todo después de varios casos de dopaje muy importantes. «En el caso Balco han admitido que ellos sistemáticamente han estado engañando el sistema. En Atenas, los hubo que se escaparon y se fueron a un hospital para evitar cualquier acción contra ellos. Otros usan instrumentos para manipular el sistema y producir la orina falsa. Todo esto muestra una necesidad de un cambio y también seguramente una aceptación, probablemente, por la comunidad legal en ciertas situaciones», explicó.