Doblete de Coma y Montarde en el duro desierto egipcio

Los españoles Marc Coma, en motos, y José Luis Montarde, en coches, se adjudicaron ayer, con autoridad, sus respectivas etapas en la segunda jornada del rally de los Faraones, que se disputa en Egipto. Con su victoria, el piloto catalán de KTM supera a su colega de equipo Jordi Viladons -segundo hoy- y se coloca al frente de una de sus carreras preferidas, que ya ganó el pasado año. Por su parte, el castellonense (BMW X5) se aupa a la tercera plaza de la clasificación general y recorta a 17:21 segundos su desventaja con el ruso Shmakov. La segunda etapa del Faraones 2006 ha sido la más larga y también la más exigente. Con tramos de desierto muy rápidos donde las KTM 660 de Viladons y Coma se han beneficiado de los cambios introducidos para hacerlas más ligeras y manejables. Ninguno de los dos ha dado opción alguna a sus rivales, y tanto De Gavardo como un renacido Casteau cedían ya una amplia distancia en el primer puesto de control. «Ha salido muy bien, ha sido una etapa muy bonita, muy rápida en algunos tramos, y complicada al final, donde mandaba la técnica», explicó Coma a Efe en el campamento. «Hemos pilotado casi juntos y con muy buenas sensaciones», agregó el catalán, enamorado de un rally muy competido que ofrece la complejidad suficiente como para acercarse al nivel del Dakar y ser el mejor banco de pruebas de la principal prueba del mundial. Viladons, que entró dos minutos y ocho segundos después que Coma en el majestuoso Qasr Dahla (una fortaleza de adobe del siglo IV), se mostró igualmente satisfecho del discurrir de la carrera en la que es novato. «Las cosas han vuelto a su sitio, con Marc primero. Para mí ha sido una etapa preciosa. No conocía este rally, es la primera vez, y me está gustando mucho», aseguró. Por detrás de las dos KTM del equipo Repsol entró en meta Carlo de Gavardo, que se ha situado también tercero en la clasificación final a 22:32 de la cabeza. En coches, Montarde demostró que ha emprendido el Faraones 2006 pleno de confianza, con el ánimo de revalidar el título que conquistó en 2001. Aunque salió bastante retrasado, con el obstáculo de los minutos perdidos el primer día, realizó un etapa perfecta en la que su BMW respondió con dulzura a un recorrido largo, exigente y sobre todo, de una conducción muy técnica. En el primer puesto de control ya había recortado varios minutos al piloto ruso.