Jesús Calleja se siente satisfecho de haber adquirido práctica en las dunas
A Jesús Calleja no le preocupa en el Rally de los Faraones la posición final que ocupe, sino la de adquirir experiencia en este tipo de carreras e ir mejorando día a día. «Aquí, en el desierto, sin un rutómetro estás perdido; no eres nadie. Lo de las dunas es terrible. Hay dunas de 100 metros, en las que tienes que ajustar mucho, porque de lo contrario tienes que volver a empezar. Creo que ya comienzo a coger el tranquillo a las muchas trampas que hay en el recorrido», apunta Calleja, que con el paso de las jornadas realiza el recorrido en menos tiempo. «Cuando llegas a la cresta de la duna, es preciso dar gas a la moto para no quedar atascado y comprobar si la bajada es buena o no. El primer día me caí 14 veces. He aprendido y ahora voy muy bien y he acortado tiempo en el recorrido». Jesús Calleja prefiere, ante la inmensidad y la soledad del desierto, acompañarse de un piloto italiano, con el que ha hecho buenas migas: «Creo que el desierto es tan grande que es mejor ir en compañía. El italiano rueda al mismo ritmo que yo y a los dos nos compensa ir juntos». Calleja afirma que hay dos carreras dentro del Rally de los Faraones: «Los que luchan por el campeonato y los que venimos a aprender y a ser solidarios. He ayudado a una chica y a dos japoneses», significa.