Expectación ante la apertura de la caza menor

Tal y como establece la normativa anual de pesca el próximo domingo, día 15 de octubre, finalizará la temporada en las aguas reguladas, las únicas en las que todavía se podía practicar la pesca de la trucha en la modalidad sin muerte. A partir de esa fecha quedarán abiertas las aguas no trucheras o en régimen especial para pescar ciprínidos. Caso de capturar alguna trucha en estas aguas deberá devolverse al río en perfectas condiciones. Precisamente en estas últimas jornadas las capturas están siendo abundantes. A ello contribuyen las favorables condiciones de los ríos, que han repuntado ligeramente tras las últimas lluvias, y el hecho de que haya pocos pescadores y por consiguiente se moleste menos a las «pintonas». Finalizada la temporada truchera son muchos los aficionados que optan por la pesca del lucio, especie que durante el otoño cobra una importante actividad. En los cursos bajos del Esla y del Órbigo pueden conseguirse grandes ejemplares de este voraz depredador. Además y en estos mismos lugares se sigue practicando la pesca de ciprínidos, barbos y carpas especialmente. En términos generales y salvo excepciones la temporada que ahora finaliza no ha sido buena. Las propias estimaciones de la guardería colocan en un promedio de 1,7 truchas por jornada y pescador en los cotos, lo que da una idea de la penosa situación. Los ríos de León, si se comparan con los de otras provincias, pueden resultar todavía atractivos, pero decir que tienen buena salud resulta un contrasentido a la vista de las cifras. Puede afirmarse que la mayoría de los cuarenta mil pescadores que habitualmente pescan en León no han conseguido una docena de truchas en toda la temporada, si bien es cierto que una minoría muy especializada es capaz de conseguir el cupo con cierta frecuencia. Lo mas preocupante, sin embargo, es que de año en año y lejos de mejorar la situación empeora, incluso en los tramos en los que se practica exclusivamente la pesca sin muerte. Achacar pues la falta de truchas a la presión pesquera exclusivamente, e intentar solucionarla a base de reducir los cupos no es muy inteligente. En los cotos la presión pesquera sigue siendo la misma o incluso menor que hace años al establecer jornadas sin muerte. Si se han reducido los cupos ¿Por qué hay menos truchas? Existe en medios cinegéticos gran expectación acerca de la próxima apertura de la temporada de caza menor que se realizará el día 22, cuarto domingo de octubre. Este fin de semana ya se abrirá la liebre para las sociedades de galgos federadas cuyos perros participen en competiciones. Todos esperan que la temporada sea bastante mejor que la pasada, que resultó un auténtico desastre hasta el punto de que fueron varios los acotados que cerraron tras la primera jornada en vista de que todas las piezas abatidas eran pájaros viejos. Parece que en líneas generales la perdiz ha criado bien y que en estos comienzos del otoño se aprecian buenos bandos. Las lluvias que, de forma intermitente, se están produciendo han conseguido un alto grado de humedad en la tierra, lo que facilita la sementera. Según los expertos si la tierra está seca el grano de simiente, tratado con productos fitosanitarios, permanece mas tiempo sin germinar facilitando que sea consumido por la gallinácea, lo que perjudica seriamente su salud. Además el abono químico utilizado en la misma sementera, granulado de nitrato especialmente, permanece sin disolverse siendo consumido en ocasiones con el consiguiente daño para los jóvenes perdigones. Esto no va a ocurrir en la presente campaña, por lo que se esperan menos bajas. Por otro lado la alarma surgida el pasado año ante la amenaza de la gripe aviar parece superada ante la ausencia de casos comprobados. Además de perdices y liebres, piezas mas habituales, la apertura de la veda permitirá cazar otras especies como conejos de monte, palomas y aves acuáticas.