A veces el trabajo agradece alguna pausa

AL TRABAJO que realiza el equipo durante los noventa minutos yo le pediría alguna pausa en determinados momentos del juego. A veces echo de menos más cambios de orientación con los que puedas sorprender al equipo contrario mediante la incorporación de algún hombre del centro del campo o incluso con algún defensor que rompa por bandas. Todo esto evitaría que sean siempre las dos referencias ofensivas los que reciban, o bien un pase excesivamente adelantado y sin ventaja por la dificultad que entraña, o bien a su número que es lo único que ve el compañero en disposición de realizar el pase, ya que la mayor parte de las veces le damos la espalda por la excesiva prisa en llegar cuanto antes a la portería contraria. Desde la tranquilidad y la confianza que nos tendrían que dar los resultados anteriores y el aliento de la grada que hasta en las situaciones más complicadas que en la tarde de ayer tuvo el equipo ante uno de los importantes de esta categoría, llamado a pelear por los puestos de privilegio y que hasta en dos ocasiones se puso con ventaja en el marcador, para mí la principal virtud que exhibió ayer la Deportiva fue el gran espíritu de trabajo, tanto individual como colectivo, gracias al cual pudo salvar un punto. Incluso, de haber contado con algo más de fortuna en varias acciones puntuales, tal vez los tres puntos se hubieran podido quedar otra vez en casa. A mí me gustaría ver más tiempo el tipo de fútbol que he dejado entrever en artículos anteriores, basado más en la posesión del balón y la creación de juego desde nuestra cobertura en lugar de abusar de los envíos verticales de los que hablaba anteriormente. Esto no se debe confundir con provocar situaciones peligrosas por culpa de los excesivos toques de balón en horizontal que siempre entrañan el riesgo de una pérdida en una zona muy delicada del terreno de juego. Para hacer posible la progresión desde atrás se debe contar con el apoyo de los medios centros y el arrastre para crear espacios de la gente que juega en banda. Así se facilitaría la incorporación y aprovechamiento de esos espacios que encontrarían ambos laterales para llegar a realizar buenos centros sobre los delanteros. De esta manera, son precisamente los atacantes los más beneficiados al no tener que luchar en desventaja por balones elevados en los que siempre va de cara el defensor. Otro de los aspectos que me gustaría comentar es de las escasas incorporaciones en ataque de uno de los medios centros. Si se produce previamente el arrastre de alguno de los centrales, como comentaba anteriormente en las bandas, quedarían espacios o por lo menos surgirían dudas en esa zona tan importante del campo para facilitar las progresiones o bien de Jotha o bien de Dani Borreguero. Con todo esto lo que trato de decir es que es posible y hasta necesario buscar otro tipo de alternativas que no hagan de nuestro fútbol algo tan previsible para el rival, lo cual facilita su tarea de destrucción que es la primera premisa de la mayoría de los contrarios que nos visitan.