Diario de León

Luces de alarma en el Barcelona

El varapalo de los azulgrana en el Bernabéu -segunda derrota consecutiva- acentúa los problemas de puesta a punto de los de Rijkaard y hace aparecer la preocupación en el club En una casa y otra:

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Sergi Olego - barcelona
León

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Un segundo aviso. Dos derrotas en una semana. Ciento ochenta minutos sin marcar un tanto. Multitud de ocasiones desbaratadas por Valdés. Falta de agresividad. Despistes colectivos. El Barça anda desorbitado. Tan perdida está la nave azulgrana que Frank Rijkaard lanzó al final de la rueda de prensa del Bernabéu un mensaje para navegantes: «Hay que morder. No se puede decir que empezáramos muy fuertes. Tengo que ser autocrítico». El técnico holandés lanzó una advertencia al grupo. Ya es hora de ponerse las pilas y recuperar el nivel exhibido en las dos últimas temporadas. Si echamos un vistazo a la pasada temporada, empero, comprobamos que el actual Barça vive mucho mejor. El arranque del 2005-2006 fue calamitoso. En las siete primeras jornadas, sólo dos victorias, cuatro empates y una derrota, con 14 goles a favor y 10 en contra. Este año, los azulgrana son líderes de la Liga con cinco triunfos, un empate y una única derrota, con 16 tantos a favor y 7 en contra. Si fuera todo cuestión de cifras, Rijkaard permanecería tranquilo. El problema es de fondo. Al Barça le cuesta demasiado coger el tono físico. Ese que le permite presionar en el área rival. Una de las señas de entidad del proyecto del técnico holandés que más cojea. Cuando pierde la posesión, el equipo está perdido, sin mordiente. Esa escasez de energía es alarmante en los elementos más rutilantes de la plantilla. Ronaldinho y Deco lideran ese pésimo estado físico. A ambos les falta aquel punto de explosividad y de resistencia, respectivamente, que les hacían extraordinarios. El resto de la columna vertebral también flojea. Puyol, Edmilson y Xavi no están en su mejor momento. Aunque los dos canteranos empiezan a recuperar su nivel, el papel del mediocentro brasileño está en declive. Ni él ni Motta consiguen tomarle el pulso a una posición básica en el sistema azulgrana. Ante tanta deficiencia, Messi e Iniesta surgen como los dos únicos faros que intentan dirigir el barco azulgrana. El argentino está espectacular. Él solito meneó a toda la defensa del Real Madrid. Su velocidad, su frescura y su imaginación ofrecen los únicos destellos de brillantez del juego azulgrana. Igual ocurre con el de Fuentealbilla que está en el mejor momento de su carrera futbolística. El añorado Eto'o Todos echan de menos a Samuel Eto'o. Su lesión es la peor pesadilla de los azulgrana. El camerunés lideraba con suficiencia dos aspectos vitales del equipo como la agresividad y el poder realizador. Sin Eto'o, el Barça pierde capacidad de presión. Sin Eto'o, los azulgrana sufren la falta de un ariete rematador. Ni Gudjohnsen ni el recuperado Saviola están en condiciones de suplir al camerunés. Rijkaard anda más preocupado que de costumbre. El holandés cree que su equipo mejorará el tono físico en las próximas semanas, lo que le permitirá mostrar una mayor regularidad sin tener tantas lagunas ante rivales de entidad. Solventado ese lastre, sus dudas recaen en la capacidad del equipo para convertir las ocasiones que crea. La recuperación de Ronaldinho se atisba como fundamental. Rijkaard se plantea recuperar a algunos elementos que tuvieron un papel relevante en los éxitos conquistados las dos últimas temporadas.

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