A modo de recordatorio...
SOMOS LOS primeros en lamentar el que sigamos viéndonos obligados a ser reiterativos y recurrentes sobre las manidas cuestiones -rutinas- en las que se atasca y/o se encorseta la Lucha Leonesa. ... Y es que la lucha leonesa vuelve por donde solía. No es sólo cuestión de trabajar mucho, que lo es, si no de trabajar bien. Según Antonio Machado, «el hacer las cosas bien importa más que el hacerlas. No hacer lo que se puede sino lo que se debe». Conste que tratamos de huir de la crítica fácil, el criticar por criticar. Pero las cosas, las luchísticas cosas, son como son y no cómo se quisiera que fueran. A lo peor, federativamente se elude la autocrítica para sugestionarse con que lo que se hace es lo único que cabe hacer. Tras ello, a congratularse con uno mismo -autocomplacencia- y con los demás. Letargo invernal que se ve venir. Sin cambio de escenarios y de esquemas competitivos. Mirar y admirar a las islas: el gran referente para la lucha leonesa; seguir al líder, marketing de manual. Incorporación en serio a las competiciones de las variantes más universales de lucha (grecorromana, libre olímpica, sambo). Junto a múltiples gestiones creativas de despacho. Pues que al menos el aletargamiento no alcance también a la iniciativa de los clubes. Recuérdese la autoimposición de disponerse a llenar el actual vacío federativo. No se trata de suplantar y sí de superar, por elevación, las ínfimas cotas federativas actuales. En suma, extrafederativamente, alejándose de la modorra cazurra de quienes se acechan y apesebran (federativamente). Superando atávicos conceptos, rutinas de nuevo, sin el menor sentido futurista y sin proyección alguna. Proyectar y proyectarse hacia el exteriorizar, poner en órbita desde otros foros de mucho más alcance, con otros esquemas competitivos y escénicos, con otro grado de implicación mucho más competitivo tanto deportiva como leonesamente. Como «para empezar por algo» habíamos sugerido lo del concurso de fotografías sobre lucha leonesa (la incomparable plástica de nuestro deporte) y dado que no nos atrevíamos con los previsiblemente más dificultoso del concurso de pintura luchística. Algo que, sin formato de concurso pero exitosamente, sirve al vibrante balonmano practicado por el Ademar para la inspiración artística, para la genialidad creativa del pintor Fávila. Pues desde los Clubs, eso o cualquier otro reto de más o menos alcance, pero en cualquier caso siempre gratificante para lo de «empezar por algo, vaya»; y siempre estimulante para poder seguir avanzando con otros retos y otros logros. Cualquier aportación en clave de club-equipo que no sean esa especie de «desafíos a la salida de misa», tal como sirvió de justificación este verano de enfrentamiento interequipos y que rebosan improvisación e irrelevancia estructural y futurista; compadreos, desafíos, eso, en plan compadre. Por cambiar de frente, ¿Federación de Deportes Autóctonos para la Lucha Leonesa? (por cierto, ¿autóctono o «rural o rústico para el ruralismo y la rusticidad» vía rebaños trashumantes y pendones aldeanos?). Ósea lo de la Federación esa Autóctona, recordatorio al canto Federación de Lucha Canaria decreto 433/1983, la gansada «autóctona» de la consejera a nivel del despiste «autóctono» del procurador autonómico. A este último le concierne y le afecta en alguna medida, en su función de concejal de Deportes de la capital, el traslado del monumento a la Lucha Leonesa del escondite actual a su lugar natural: frente al Palacio de todos los Deportes y como homenaje al más leonés de todos. Disponemos de testimonios escritos de aficionados y leoneses en general que claman ante la desconsideración del Ayuntamiento hacia la lucha leonesa, una tan singular seña de nuestra identidad regional. Desde esta perspectiva, la lucha leonesa trasciende. Ya saben, algo más que lucha leonesa. ¿Algo más? Lucha por León. Y sus símbolos e indentificaciones. Esos que se ocultan vergonzosamente y se hurtan a los ideales de la ciudadanía, como reflejaba el pasado 17 la crónica del compañero Álvaro Caballero -precisamente transitó no hace mucho esta deportiva sección- a propósito de la inauguración con acento castellanista de la Escuela de Idiomas: «sólo había dos banderas... faltaba una de color carmesí con un león rampante». La compensación nos la vino a poner el texto de otro colega, que, curiosamente, también se movió por esta sección de deportes de Diario de León. En el catálogo de la Exposición del pintor Favila Homenaje al Ademar , y de la que nos hacíamos eco líneas arriba, escribe Miguel Ángel Zamora: «En León se disfruta con una bandera carmesí en la mano cuando el Ademar está en la cancha». Recuerde, algo más en clave Lucha Leonesa/Luc.