SIN AFANES POLÉMICOS
Va de himnos
LA CULTURAL tiene un nuevo himno. Por vez primera sonó por la megafonía del Amilivia el domingo pasado, aprovechando el partido con el Real Burgos. No está en mi ánimo polemizar sobre cuál es mejor, suena mejor o es el apropiado. Nunca he querido entrar en polémicas y el título de la columna lo deja patente. Pero el nacimiento de la nueva pieza ha reactivado el recuerdo, he penetrado en el túnel del tiempo y he llegado a la conclusión de que, antes del actual de La Braña y del nuevo, cuya paternidad pertenece al patriarca de los Quijano, la Cultural tuvo otro himno, además de varios intentos de aprendices, digamos de brujos musicales, más producto del acervo popular que de la creatividad literaria y musical de las piezas. Fue autor musical del primer himno el maestro Calvo Ogaya, a la sazón director de la Banda Municipal, el nombre del autor de la letra no lo recuerdo, sí varios fragmentos de ella en la que aparecía la Cultu como referencia al nombre del equipo y finalizaba la canción con: «Viva la Cultu, viva mi equipo, viva el deporte, viva León». La verdad es que aunque fue tocado con relativa profusión y con menos profusión cantando, se fue perdiendo, con indefinido eco, por el paso inexorable del tiempo que, dicen, todo lo borra. El grupo folklórico La Braña puso en escena el himno, o la pieza considerada como tal, que venía siendo singular hasta que el domingo pasado, hizo su «presentación en escena», el compuesto por don Manuel Quijano, padre de los componentes del grupo Café Quijano (extraordinario por su calidad musical y tanto o más por su acendrado leonesismo, mostrado y demostrado allí por donde ha actuado). La verdad sea dicha: Me dejó grata impresión tanto la letra como la música, un pasodoble con marcados tintes toreros. Pero un par de audiciones, y el desconocimiento íntegro de la letra (que escuchada en dos ocasiones, con el ruido ambiental consiguiente, es muy difícil de retener) no son suficientes para juzgar o determinar cuál de los dos himnos, el de La Braña o el de Quijano, es el mejor o el más indicado para adoptarlo como oficial. Por otra parte entiendo que, «dos mejor que uno».... y tres mejor que dos. Lo que abunda no daña. Equipos de primerísima categoría, como el Real Madrid y el Atlético de Madrid, tienen dos himnos, ambos nacidos con motivo de los centenarios, si bien el del Atlético tal parece, por las circunstancias, haber quedado en el limbo. Al margen de lo anecdótico, viene a cuento la cita, porque el himno del centenario del Real Madrid «parido» y cantado respectivamente por el reconocido músico Nacho Cano y por el magnífico Plácido Domingo, aún habiendo calado entre la afición, no ha descartado al popular -elegimos una estrofa- «las mocitas madrileñas, cuando juega en Chamartín, van alegres y risueñas porque juega su Real Madrid»... El estribillo, como herramienta para animar al equipo: «Hala Madrid». Y no lo ha desplazado, aunque tal fuese el intento, porque en Real Madrid Televisión, como final de programas, se escucha el popular «Hala Madrid», fenomenalmente interpretado por Mercé, el reconocido «cantaor» catalán. He querido reflejar, en la columna, cómo es posible tener más de un himno, oficiales o no, pero aceptados por el pueblo; que es la afición quien, en definitiva, dará o quitará razones, preferencias o importancias.