El Ademar se exhibe ante el Besiktas turco

Estaba claro que uno de los pocos alicientes del estreno del Ademar en la Recopa de Europa era conocer la diferencia de goles que sacaría al débil Besiktas turco. Al final fueron 17 (26-43) pero pudieron ser veinte o incluso más si los jugadores leoneses se lo hubiesen propuesto seriamente. Los turcos -un equipo que en España jguaría en categoría de plata- no fueron rival para un Ademar que acabó haciendo una exhibición de balonmano. Y para muestra un botón: el pivote Sigurdsson -casi dos metros y más de 120 kilos de peso- se permitió el lujo de finalizar dos contraataques. Y en el segundo marcó con una rosca ante el meta otomano. Como se esperaba el Ademar sentenció la eliminatoria en el primer envite sin necesidad de emplear toda su artillería -Garralda, Saric y Jakobsen- vieron el partido desde la grada- y sin llegar a apretar a fondo el acelerador. Con todo, hicieron 43 goles a los turcos y pudieron ser incluso bastantes más si no fuese por la pájara que sufrió el Ademar durante los primeros quince minutos de partido. El equipo salió con demasiada ansiedad -parecían querer ganar de veinte en los primeros cinco minutos- y las precipitaciones, fallos en los pases y despistes en defensa se sucedieron. El empate a cinco que reflejaba el marcador en el minuto quince era un sorpresón. Parte del público llegó incluso a silbar al equipo. El técnico leonés, Manuel Cadenas, decidió que ya era suficiente. Pidió tiempo e hizo algunos cambios que funcionaron. Sentó a Schlinger, que no acaba de encontrar su sitio. Puso a Morros en el lateral. Dio a Perales la dirección del equipo y puso a Urdiales a defender de adelantado en defensa 5-1. En pocos minutos las cosas estaban en su sitio. Perales imprimió un ritmo al partido que los turcos se vieron absolutamente incapaces de seguir y Urdiales como adelantado comenzó a cortar balones y a entorpecer sus líneas de pase. El resultado fue inmeadiato. El Ademar empezó a despegarse y se fue al descanso ganando de ocho (10-18). Una diferencia que sólo hizo que crecer en la segunda parte.