Una carrera plagada de obstáculos
Manuel «Sete» Gibernau decidió dar por finiquitada su carrera deportiva y con ello el heredero de la Saga Bultó cerró una vida en competición plagada de obstáculos pero también de satisfacciones, como los dos subcampeonatos del mundo conseguidos en 2004 y 2005. Nieto de don Francisco «Paco» Bultó, creador de la marca de motos española Bultaco, Sete nació y creció entre motos y por esa razón no era de extrañar que acabase dedicándose de lleno a la competición, en la que sus comienzos no fueron demasiado alentadores por la falta de apoyos muy a pesar de sus apellidos, que más que abrirle puertas, por momentos, le pesaron como una losa. Hizo su primera aparición como invitado al Gran Premio de España de 1992 Kenny Roberts lo reclutó junto a su hijo, pero Sete no consiguió una montura oficial hasta 1996. Dos años después, cambió de colores y pasó a las filas de Honda y en el 2000 fichó por Suzuki y tras lograr su primera victoria llegaron los años dorados. Su palmarés podría ser mejor pero tuvo la mala suerte de coincidir en la pista con Rossi.