«No me arrepiento de nada porque señalé lo que ví»

Rafael Guerrero protagonizó el domingo una nueva versión del FC Barcelona-Real Zaragoza, pero esta vez en el Camp Nou. En esta ocasión expulsó a un jugador del equipo blaugrana. Ejerció una vez más de árbitro principal y van..., pero no se arrepiente de la decisión que tomó, porque asegura que denunció lo que vio. «Sólo pretendo ayudar. Nada más». -¿Se arrepiente de la decisión que tomó en el Camp Nou de expulsar a Thiago Motta? -No me arrepiento de nada, porque señalé lo que ví. Nada más. -Pero no existió agresión... -El reglamento indica que para que haya agresión un jugador no tiene que abofetear a otro, sino que con que haya intención de agredirle basta. Creo que fue lo que sucedió y al menos es lo que yo ví en el césped. Se lo trasladé a Iturralde, porque sentí la obligación, como árbitro asistente que soy, de decírselo. -¿Un día después volvería a tomar la misma decisión? -La misma. Lo que veo lo voy a denunciar siempre. -¿Ha visto la jugada por televisión y a cámara lenta? -No la he visto, porque no tengo necesidad de verla. La veré al final de esta semana, porque ahora estoy centrado en el partido de selecciones nacionales de este miércoles entre Israel y Croacia, en Tel Aviv, con Iturralde González como árbitro principal y el leonés Turienzo Álvarez como cuarto árbitro. El partido es clasificatorio para la Eurocopa. -¿Pero Diego Milito exageró la acción? -Si realmente exageró, el fair play que debe existir en toda competición deportiva queda por los suelos y más en un encuentro de estas características, entre dos grandes equipos de fútbol. -¿Se lo pensó dos veces antes de llamar la atención a Iturralde González para que expulsara a Thiago Motta? -Tengo que decidir en décimas de segundo. Sólo ves la jugada o la acción una vez y tienes que tomar una decisión rápida. -¿Por qué se mete en estos berengenales? -Estoy de acuerdo en que lo más fácil es hacer la vista gorda. Yo pito lo que veo en ese momento puntual, aunque me puedo equivocar en mis apreciaciones como ser humano que soy. Lo único que intento es ayudar al árbitro principal lo más posible. Ese es mi único objetivo. -Vaya coincidencia, otra decisión polémica en un Barcelona-Real Zaragoza... -La verdad es que sí. Pero creo que no son coincidencias, es el destino. El fútbol es fútbol, también para todo esto. Cada partido es diferente. Una acción o una jugada concreta puede marcar un partido. Por esta razón, intento realizar mi función con el máximo celo posible, aunque a veces me equivoque. -¿Por qué siempre le sucede a usted tomar este tipo de decisiones tan polémicas y, a su vez, tan decisivas? -Porque las decisiones que tomo durante un partido de fútbol se magnifican más por el mero hecho de ser yo quien las avala. Me han convertido en una figura mediática más, en lugar de juzgarme por lo que soy. -¿Iturralde sigue confiando en usted o le ha expresado que sea más comedido a la hora de levantar el banderín? -Iturralde me conoce bien y jamás me dirá nada. Sabe que lo único que le transmito son acciones que veo en los terrenos de juego y que por determinadas causas me pillan a mí con mejor visión. Nada más. Lo único que pretendo es ayudar para actuar con la máxima justicia. -Con su chivatazo, el Barça reaccionó. ¿Los mal pensados no creerán que lo hizo para despertar a los de Rijkaard? -Lo hice porque en ese momento pensé que era lo que debía de hacer. Mi labor es de ayuda y la ejercí.