Diario de León

La caza de la liebre está teniendo notable dificultad esta temporada

Un aficionado muestra un hermoso ejemplar de liebre ibérica

Un aficionado muestra un hermoso ejemplar de liebre ibérica

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p. v. | león
León

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A tenor de los resultados obtenidos hasta la fecha parece que nos encontramos ante una buen año de liebres. Tanto los campos del sur de León como en las zonas de media montaña, rara es la cuadrilla que no consigue colgar alguna rabona en cada jornada desde que comenzó la temporada de caza. En la zona de oteros hacía tiempo que no se veían tantas lo que viene a suponer un cierto alivio para los cazadores, pues las perdices, si bien hay mas que el pasado año, no abundan en exceso. En las zonas de regadío, menos liebreras, el roedor se encuentra por lo general encamado en los cultivos, pero a medida que avance la cosecha, y siempre que se disponga de buenos perros, se cazarán mejor. En la Península Ibérica hay tres especies de liebres: la liebre de piornal, la liebre europea y la liebre ibérica . De estas tres especies la más extendida y abundante en España es la liebre ibérica, un endemismo ibérico que podemos localizar en Andalucía, ambas Castillas, Extremadura, Levante y algunas zonas de Galicia y de la Cordillera Cantábrica, pero no está presente en el oeste de Galicia, ni en el occidente de Asturias. La liebre de piornal, de tamaño mayor, tiene un área de distribución muy restringida, en ambientes montanos, en alturas superiores a los 1.000 metros, de tal modo que sólo está presente en la Cordillera Cantábrica y montes de León, siendo Asturias y León los territorios que cuentan con una población más abundante de liebre de piornal. En las zonas llanas de secano se sigue practicando la caza con galgo, un deporte realmente emocionante. En algunos acotados se reservan zonas específicamente para los perros de persecución. «La liebre para el galgo» es la tradición de la campiña cerealista. En esta temporada este tipo de caza encuentra una notable dificultad, ya que los perros de finas patas se atollan en los sembrados y tierras aradas, mientras que las liebres se defienden perfectamente. Además muchos campos están encharcados. Cuando comience a helar las rabonas suelen aproximarse a las zonas húmedas, regueros y juncos. «En enero busca la liebre en el reguero» dice el refranero popular. El auténtico aficionado a la caza menor busca la perdiz y, si se arranca, tira a las liebres. Buscarlas expresamente requiere tiempo y conocimiento. Un cazador inexperto puede pasar a escasos metros sin percatarse, mientras que hay «veteranos» que las ven en la cama. En el monte, sin embargo, los galgos no pueden «correrlas» y para las escopetas constituyen un tiro especialmente difícil. En todo caso una liebre cocinada con patatas o con judías, regada con un buen vino de Pajares puede ser la solución para la cuadrilla en una mala jornada de caza.

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