«Este es un proyecto para todos, abierto a la comarca y a toda la provincia»

El actual presidente y alma mater de la bolera cubierta de Ciñera de Gordón es José Luis González Albín. Santanderino accidental (por nacimiento), ciñerense de pro (por línea paterna), se encuentra en situación de jubilado con 60 años, pero con una enorme capacidad de acción. Hombre tranquilo, dinámico y locuaz. Un paisano de los bolos en este pueblo montañés donde el deporte goza de muy alta estima, y en el que sus compaisanos están dispuestos a arrimar el hombro en todo momento. -¿Cómo surgió la idea de construir una bolera cubierta? ¿Cuál fue el proceso? -Se trata de un proceso largo y complicado, pero, de manera resumida, es el siguiente. Todo empezó hacia el año 1997, coincidiendo con una entrega de premios por parte del señor alcalde, ya fallecido; se le comentó el tema de la bolera y así quedó la cosa. Pasado un tiempo, Valentín, Arsenio y yo iniciamos conversaciones con la empresa Hullera Vasco-Leonesa, concretamente con don Antonio del Valle. Asimismo, con la familia de Victorino Alonso -que cedió los terrenos al ayuntamiento- y con algún vecino particular. Total que, entre unos y otros, el ayuntamiento lo tomó más en serio y, después de muchas negociaciones, conseguimos implicar a las tres instituciones: Junta, Diputación y Ayuntamiento. -Y se hizo realidad la bolera cubierta. -En resumidas cuentas, el actual alcalde, Francisco Castañón, movió todos los hilos y, junto con el presidente de la Diputación, hicieron realidad este edificio de 900 metros cuadrados de planta sobre un solar de más de 1000 metros. Paralelamente, fuimos ampliando el número de socios colaboradores hasta llegar hoy a unos 360 aproximadamente. Con este aval humano, demostramos que este proyecto es válido para todos -hombres, mujeres y niños-, y abierto a la comarca e incluso a la provincia. Queremos que sea un «vivero de bolos»; por algo somos la escuela de base más numerosa en la competición interescuelas de la Diputación. -Hablemos ahora del Club de Bolos Santa Bárbara de Ciñera. ¿Es sólo un club o algo más? -Los principales motores de arrastre de este club han sido Arsenio Álvarez, el más veterano con 85 años; Valentín Sahelices, un todo terreno; José-Antonio Iglesias, el secretario; Pedro Huerta, como tesorero; (la modestia le puede) todos ellos junto conmigo. No obstante, los orígenes hay que buscarlos en los años 70, gracias a don Francisco y Balta Ordás, que nos enseñaron a todos nosotros. Después, en el 82, el club tuvo que adaptar sus estatutos a la normativa vigente y se constituyó como Club de Bolos Santa Bárbara. Próximamente, por la misma necesidad de actualización legislativa, pasará a ser Club Deportivo Santa Bárbara para poder constituirse otras secciones, además de bolos. Pero una cosa debe quedar clara (de nuevo la modestia le traiciona): aquí es muy importante la colaboración de todos -jugadores, padres, madres y chavales-; sin esa conjunción de fuerzas, esto no hubiera sido posible, aunque yo siempre estuve convencido de que este sueño era realizable. -¿Y el futuro inmediato? ¿Qué proyectos e inquietudes tenéis? -Como de colaboración humana andamos sobrados, pensamos habilitar otra zona en la cara norte de unos 600 metros cuadra dos, al aire libre, que nos obligará a hacer una captación de las aguas para instalar una fuente y atender los castros. Probablemente, esto nos lleve los dos próximos años, con el fin de jugar a la intemperie en el buen tiempo. Queremos que sea una auténtica escuela de bolos, para chavales y mayores, incluidas las mujeres, que ya han perdido el miedo; por eso, tenemos 15 ó 16 que juegan perfectamente --como ya lo demostraron en el Torneo del Deporte Social-. Si tenemos hoy unos 30 chavales, es porque las madres colaboran conmigo y es como si fuera una asignatura optativa más del colegio. Además, procuramos incentivarles de diversas maneras: galas deportivas, encuentros con merienda y refrescos, etcétera; es decir, que pretendemos educarles por medio del deporte.