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EL RIVAL

Los canarios pasan por un momento delicado Los blanquiazules esperan que la grada les ayude a superar la crisis

Publicado por
León

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Para un equipo confeccionado con la vista puesta en lo alto de la clasificación, no es normal deambular por la zona media. Tampoco lo es que el Tenerife sea el conjunto que menos puntos haya logrado en el mes de noviembre, tan sólo el que consiguió ante el Lorca el pasado fin de semana en el Heliodoro. El resto fueron derrotas 4-2 en El Ejido, 0-2 contra el Xerez y 1-0 en Valladolid. Anteriormente había perdido en casa con el Cádiz (0-1) y en Castellón (2-1). Igualó sin goles en Vitoria y Las Palmas, además del ya mencionado empate en casa con el Lorca (1-1). Sus victorias se produjeron contra el Albacete (1-0), Ciudad de Murcia (1-0), ganando fuera ante Almería y Numancia (0-1). Pero el resultado que más escoció en la isla fue el contundente 0-4 que hizo el Sporting en el Heliodoro con una tarde aciaga de los locales que terminaron abroncados por su público. Bernd Krauss posee un plantel con muchas incorporaciones ya que la renovación ha sido casi total con respecto al año pasado. Para poner en marcha la maquinaria chicharrera solicita tiempo, pero las urgencias por recuperar la Primera División no permiten demasiado margen. Con 18 puntos, el Tenerife viaja en el vagón más concurrido de la Liga junto a otros siete equipos y lo peor es que el ascenso está a ocho puntos de distancia. Bajo ese prisma, esta tarde persigue una victoria ante la Ponferradina que le devuelva la ilusión, tanto al equipo como a su afición, ya que de lo contrario puede haber consecuencias. Si la Deportiva quiere que el partido de esta tarde se asemeje a los de principios de temporada, será condición indispensable que la grada responda como lo hacía por aquellos tiempos. Nadie duda que el público estará incondicionalmente con sus jugadores, pero quizá viendo la delicada situación en que se encuentran los blanquiazules, tal vez sería necesario dotar al partido de un ambiente de lujo ya desde el primer momento. Hasta la fecha el comportamiento de los aficionados bercianos está siendo ejemplar, tal y como reconocía el propio Pichi esta misma semana. Desde ese punto de vista, poco más se les puede pedir. Sin embargo, el presidente también comentó días atrás que esperaba que el público estuviera «a muerte» con el equipo en esta ocasión. Eso equivale a dejarse oir y meter presión desde los primeros compases del encuentro. Parece ser que la afición ya está poniéndose las pilas en vista de lo mucho que se juega su equipo y se estudian diversas iniciativas para aumentar la presión sobre el equipo rival. Es la intención de todos los estamentos que componen el club volver hacer del Toralín una gran fiesta, como sucedía en los primeros partidos de Liga cuando los resultados eran favorables. No en vano, las opciones de permanencia pasan por ganar en casa.