El triunfo, el mejor bálsamo Liceranzu ha impuesto cordura Cascón rubricará en papel una renovación que el club da por hecha

La Cultural necesita la victoria frente al Barakaldo para cortar de raiz la racha de cinco derrotas consecutivas que han llevado al equipo que dirige en la parte técnica Antonio Gómez de la segunda plaza de la tabla clasificatoria a la décima. La plantilla culturalista desea remediar la situación en la tabla clasificatoria con un triunfo que le dé aire para acometer la última salida del año, a tierras vizcaínas, antes de que se produzca el parón navideño. «Frente al Barakaldo tenemos la obligación de ganar y saldremos a muerte a por una victoria que precisamos», apuntó Alberto Negral nada más concluir el partidillo del jueves. Antonio Gómez mantiene algunas dudas en el once inicial que presentará hoy en el estadio Amilivia, sobre todo debido al estado físico del central Alex Goikoetxea, con una contractura en el muslo derecho, que podría suponer la titularidad del murciano Quinín, mientras que la principal novedad será la vuelta al equipo del canterano Pesco, que ya fuera titular en el primer encuentro del campeonato de liga ante el Universidad de Oviedo. El once más probable que puede presentar la Cultural desde el inicio sería el formado por Aulestia en la portería, con Negral, Sambruno, Goikoetxea o Quinín y Fran en defensa, con un centro del campo compuesto por Lalo, Alberdi, Fernando López y Pesco; con Diego Cascón y Addison en la punta del ataque. Los males del equipo leonés han llegado desde que se inició la competición en su propio campo, lo que obliga, según el técnico Antonio Gómez «a dejar a un lado los nervios e intentar poner toda la intensidad en el terreno de juego ante un rival que también ha venido tropezando en sus últimas salidas y que querrá resarcirse en León». El Barakaldo llega a la cita después de ceder un empate sin goles en su terreno de Lasesarre ante el Marino. No se trata del Barakaldo simplón y sin orden de la pasada temporada, sino un conjunto en el que destaca el colectivo por encima de las individualidades. El entrenador es Rocky Liceranzu ha impuesto cordura en el equipo vizcaíno. Ha reforzado la plantilla a base de jugadores vascos de su completa confianza. Se trata de un técnico que a punto estuvo de entrenar a la Cultural y Deportiva Leonesa cuando finalmente se inclinó la balanza del lado del leonés Álvarez Tomé. Liceranzu fue jugador del Athletic de Bilbao durante la última época más dorada del club vizcaíno, que coincidió con la consecución de dos títulos de Liga y uno de Copa del Rey. Íñigo Liceranzu ha edificado un bloque hecho a su imagen y semejanza. Un bloque trabajador, en el que destaca la presión que suele emplear en el centro del campo. Lombraña, el lateral izquierdo, es una pieza importante por su manejo de balón para dotar de contundencia y a la vez consistencia al carril zurdo. Otra de las piezas importantes del equipo de Liceranzu se encuentra en la portería. Unai Alba es un cancerbero que ha interesado esta misma temporada al Athletic de Bilbao, para ser incluso titular en Primera División, aunque el cuadro vizcaíno sigue contando con sus servicios. El delantero Diego Cascón firmará esta semana que entra una renovación que el club ha dado por hecha desde principios del mes de noviembre. Las intenciones de la Cultural y Deportiva Leonesa para fortalecer su proyecto deportivo son las de contar con los jugadores de León y procedentes de la cantera leonesa. Los dirigentes de la sociedad pretenden dar plena confianza a los futbolistas de León en su proyecto de futuro, «porque han demostrado encontrarse a un nivel por encima de muchas adquisiciones que hemos realizado en los últimos años». Una vez que se concrete en papel la renovación de Diego Cascón, la sociedad deportiva hará lo mismo con otro canterano, el lateral derecho Alberto Negral, al que el club también considera renovado, «porque antes o después llegaremos a un acuerdo con él». Negociación con Goikoetxea Otro de los futbolistas que interesa para consolidar el actual proyecto es Álex Goikoetxea, que tiene un año más si la Cultural logra el ascenso a Segunda, aunque el club pretende asegurar su continuidad.