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| Montañismo | Otra cita con el riesgo |

En enero toca el Aconcagua

El gran aventurero leonés, Jesús Calleja, prepara ya su nuevo reto: la ascensión a la mítica cumbre del Aconcagua (6.959 metros de altura). «Me gustan los desafíos duros», asegura

Publicado por
Ana Gil - león
León

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Apenas hace un mes que regresó de su última aventura y ya está preparando a conciencia su próximo reto. Jesús Calleja es un aventurero incansable, un buscador de desafíos en plena naturaleza. A principios de diciembre concluía su último desafío, alcanzar la cima de la Pirámide de Carstenz, (la montaña más alta de Oceanía) en la remota isla de Papúa, hasta ahora su última aventura dentro del proyecto «Desafío Extremo» de la Junta de Castilla y León que, desde hace cerca de dos años, le ha llevado ya por medio planeta en su objetivo de protagonizar un conjunto de hazañas hasta ahora nunca firmadas por una sola persona. En total, este proyecto está compuesto por diez actividades de máxima dureza, una decena de proyectos a realizar en un plazo máximo de dos años y medio y del que ya ha finalizado con éxito el 70 por ciento de una serie de aventuras que ha hecho llegar a los leoneses narradas por él mismo a través de las páginas de este periódico. Le mueve el afán de superación. «No me gusta la mediocridad, me gustan los retos duros y es cuando me entrego», ha declarado en alguna ocasión. Mientras llega el mes de enero, cuando de comienzo la conquista del Aconcagua, su próximo desafío de 6.959 metros de altura, Calleja sigue preparándose física y mentalmente. Hace ejercicio a diario por las inmediaciones de La Candamia si el tiempo se lo permite y, si no, acude al gimnasio para no perder su forma física. El día que inaugure el próximo 2007 partirá rumbo a la cordillera andina en el inicio de un año que se presume duro para el aventurero leonés. «Todavía me quedan las dos pruebas más difíciles de este proyecto -explica- que son correr el rally París-Dakar y la expedición al Polo Norte», previstas para abril y diciembre del año que va a comenzar. «El Dakar es el que más miedo me da porque, aunque ya he corrido en moto, es diferente a todo lo que he conocido hasta ahora». Lo dice por experiencia. Este verano tomó parte en la Baja Aragón como paso previo al gran rally y comprobó de primera mano la dificultad de este tipo de pruebas aunque, sin duda, el París-Dakar entraña aún más complicaciones. Calleja, primer leonés que conquistó el Everest, asegura que despide el año «muy satisfecho» y reconoce que se encuentra más descansado tras pasar varias semanas en León después de haber estado ocho meses del año fuera de casa y de haber sufrido una operación de hernia que le hizo regresar a España antes de lo esperado desde Papúa en un paréntesis antes de alcanzar su última cima, la de Carstenz. El ejercicio le ayuda a mantener la forma física necesaria para alcanzar las ocho cimas más altas del planeta pero añade que «la paciencia de los tibetanos» es fundamental para mantener la mente en su sitio en las largas jornadas de espera hasta que pasa un temporal en plena montaña o hasta que llega el momento oportuno para poder continuar el camino tras una noche cobijado en una tienda de campaña cubierta de hielo y nieve y arrastrada por el viento. «He aprendido a vivir en soledad con la compañía de los libros. Todos los días los puedo ocupar haciendo las cosas más simples, observando un riachuelo o el amanecer... este tiempo me permite vivir más intensamente», explica. Sus ganas de aventura no tienen fin . «Estoy deseando que llegue el próximo desafío, soy un tipo raro», añade. El año que va a entrar lo tiene ya repleto de citas con el riesgo y espera poder dar vida a la segunda parte de «Desafío Extremo». Hasta entonces, todavía quedan muchas aventuras que escuchar de la boca de este eterno amante de lo imposible.

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