El Ademar tira de oficio ante el Sandefjord

Por lo general, al Ademar nunca le sienta bien salir como favorito en todas las apuestas. Juega incómodo cuando se le asigna ese papel. Ese tipo de partidos parecen no estar hechos para el equipo leonés y el que les enfrentó ayer a los noruegos del Sandefjord fue un buen buen ejemplo. Un arranque frío y sin nervio permitió a los nórdicos mandar claramente en el marcador y en la pista. Corría el minuto diez y los noruegos, que accedieron a jugar en León los dos encuentros, mandaban por un incomprensible 4-7. El Ademar estaba irreconocible. Alilovic que salió como titular no acertaba bajo los palos. La dirección de Jakobsen no era la de otros días y Aginagalde no encontraba su sitio en el pivote. Para colmo de males la defensa leonesa se mostraba blanda y despistada para regocijo de su pivote Augensen que se dedicaba a martillear la meta de Alilovic sin pausa. Aquello no era lo previsto y en la grada empezaban a multiplicarse los gestos de perplejidad. Cadenas decidió pedir un tiempo muerto y varió el equipo a fondo. Puso a Saric bajo los palos y sacó de golpe a Castresana, Raúl Entrerríos, Laluska y a Perales en la dirección del equipo Y las cosas empezaron a cambiar. Despacio, porque el Ademar de ayer nunca apretó el acelerador a fondo, pero ya se vió a un equipo con otras hechuras. El gran Saric demostró porqué muchos le consideran el mejor portero de la Asobal. Entrerríos empezó a sacar su brazo -ese que no le tiembla en los momentos complicados, cuando otros se limitan a pasar el balón- y Castresana empezó a ejercer de zapador eficaz. Resultado: en el minuto 22 Entrerríos ponía el empate a 22 y un minuto después un contraataque fulgurante de Stranovsky ponía por delante al Ademar por primera vez: 13-12. Y ahí se terminaron las ilusiones de los noruegos. El Ademar ya no cedió el mando del encuentro en ningún momento y se fue al descanso con tres arriba. El segundo tiempo arrancó con otro inicio desangelado del Ademar pero los noruegos ya estaban sentenciados. Tirando de oficio, que no de buen juego, los de Cadenas mantuvieron rentas de cuatro y cinco goles durante casi toda la segunda mitad. Al final 31-26. Una renta incluso escasa para el potencial real de ambos equipos.