ASÍ LO VEO YO
No nos engañemos
QUIZÁS el error del colegiado al expulsar al futbolista de la Unión Deportiva Almería ha servido para demostrar las carencias reales de nuestro equipo cuando tiene que manejar el partido. A mí me pareció que la Deportiva, a partir del momento en el que el equipo rival se quedó con un jugador menos, se mostró incapaz de crear situaciones de peligro a través de tener la posesión del balón y poder llegar ante la portería contraria con claridad suficiente para ganar un partido. Entiendo que para poder manejar una situación en superioridad numérica durante tantos minutos no son necesarios dos medios centros de corte similar y que ocupan un espacio muy limitado en el terreno de juego. Si a esto unimos que se trata de dos jugadores, a mi modo de ver, de corte defensivo que hacen una labor juntándose a nuestra defensa y dejando pocos espacios para que elabore el equipo contrario, la tarea de construir juego se hace más complicada. Tal y como se pusieron las cosas ayer, pensaba que la solución sería prescindir de uno de los dos medios centros, Nacho Fernández o bien Dani Borreguero, para dar entrada a un jugador como Raponi que abriera el campo y de este modo, Rubén Vega podría ocupar un puesto más centrado que permitiera una mayor fluidez en la circulación de la pelota. Como eso no ocurrió, a la Deportiva se le complicó el partido con el paso de los minutos. Hasta el público se dio cuenta de que ese no era el mejor modo de afrontar el partido e incluso yo me preguntaba si el equipo que estaba en inferioridad numérica era el nuestro o el adversario. El Almería daba la sensación de encontrarse cómodo por la falta de criterio a la hora de crear fútbol ofensivo que pudiera traducirse en situaciones delicadas para ellos. Ni siquiera se apreciaba desde la grada que el equipo visitante estuviera jugando con uno menos ya que no se apreciaba el lógico desequilibrio que la expulsión había provocado. Por si alguien todavía tiene dudas sobre el camino a seguir en las próximas semanas en las que se abrirá el mercado de incorporaciones, el partido de ayer puede resultar clarificador, bajo mi punto de vista, para ver la necesidad de incorporar algún jugador que pudiera ayudar al equipo a solventar este problema. A mi me parece que el puesto más urgente para ser cubierto sería en el medio centro, con un jugador de características diferentes a los que tenemos ahora. Hace falta un futbolista que marque los tiempos en cada momento del encuentro, es decir, situaciones en las que hay que mover el balón con mucha más rapidez pero no siempre hacia atrás o en horizontal, que son soluciones cómodas que te permiten mantener la posesión del balón y dar una sensación de dominio engañoso. Echo de menos a ese jugador que se sitúa más cerca de los puntas y que es capaz de realizar el pase definitivo que de verdad pueda hacer daño a la defensa enemiga. De otra manera, a los adversarios de la Deportiva se les facilita enormemente la tarea de destrucción porque somos un equipo bastante previsible, como he comentado en alguna ocasión anterior. Todo esto no significa que el equipo no se entregue en cada partido que yo le haya visto. Lo que sucede, bajo mi punto de vista, es que el jugador debe disfrutar en el campo estando más en contacto con el balón y de este modo observo que realizan un gran sacrificio sin encontrar ni satisfacción ni tampoco resultados. El partido de ayer fue un compendio de todas esas carencias que semana a semana, he venido detectando y sería hasta perjudicial para el propio equipo que nos escudáramos en una decisión arbitral que parece desacertada. Yo soy de los que pienso que la derrotas, normalmente, esconden algunas deficiencias que deben subsanarse para ser modificadas y nos sirva para mejorar en el futuro. Sigue habiendo tiempo para ello y hay que ponerse manos a la obra.