León vibró y al final lloró
El público que abarrotó las gradas del Palacio de Deportes vivió con intensidad cada minuto. Cánticos, tambores y pitidos al árbitro fueron el sonido de fondo de una tarde que prometía
Vibrante. Así fue el ambiente de los dos partidos de la Copa Asobal en los que se dieron cita los cuatro equipos más potentes de la Liga. La emoción y los nervios fueron la tónica general del ambiente que se respiraba ayer en el Palacio de Deportes, que vivió una intensa jornada en la que el público disfrutó de lo lindo pero se fue con mal sabor de boca tras la derrota del Ademar ante el Portland San Antonio. La afición, que prácticamente llenó las gradas del palacio municipal, vivió intensamente cada minuto y se metió de lleno en los dos encuentros. Minutos antes del comienzo de la Copa Asobal más disputada de los últimos años, en las inmediaciones del palacio se respiraba ese ambiente que caracteriza a las grandes tardes que prometen. Dentro fue aún mejor. Los tambores apenas cesaron y los aplausos y gritos de ánimo de la afición se convirtieron en el sonido de fondo de los dos partidos. En el primero de ellos, el que enfrentó al Barcelona y al Ciudad Real, el público no se cansó de animar, sobre todo a los azulgrana, que se llevaron la mayoría de los aplausos con cada tanto que anotaban. En las gradas, pancartas de apoyo al Ademar y a su entrenador. «Laciana con el Ademar» y «Cadenas, quédate», fueron algunos de los mensajes. También algunas llamadas de atención para el seleccionador nacional, Juan Carlos Pastor, en las que se pedía la inclusión del ademarista Castresana y de Carlos Ruesca, jugador del Portland, en el conjunto nacional. La primera «decepción» fue la derrota del conjunto que entrena Xesco Espar y en el que juega el leonés Juan García, «Juanín», ex jugador del Ademar y al que la afición leonesa recibió con aplausos y que contó con los ánimos de la peña que lleva su nombre. No ganó el favorito del público, pero la segunda decepción para León todavía estaba por llegar. Entre uno y otro partido, el presidente del Ademar, Juan Arias, recibía de la Asobal, una placa en reconocimiento por los cincuenta años del club, mientras que también el club leonés entregó un galardón a la Asobal en señal de agradecimiento. El partido de los locales fue intenso de principio a fin. La afición leonesa echó el resto y se desgañitó apoyando a los de casa entonando la frase «A por ellos» desde que los jugadores ademaristas saltaron a la pista. La intensidad del partido se reflejaba no sólo en el resultado del marcador, sino también en los gestos del respetable. Las magistrales paradas del portero Saric hicieron enloquecer al público, mientras que las decisiones arbitrales calentaron aún más los ánimos de una afición que mostró su desacuerdo con pitos e insultos dirigidos al colegiado. Al final no pudo ser y lo que se presentaba como una tarde prometedora para León se trasformó en la desilusión que quedó plasmada en las caras de la afición leonesa.