Diario de León

OPINIÓN

La nueva normativa de pesca reduce el cupo a cuatro truchas Otra vuelta de tuerca más

Amplía el número de días de pesca sin muerte y la temporada se inaugurará el 1 de abril

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Pedro Vizcay PEDRO VIZCAY - león
León

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Con un ligero retraso sobre años anteriores, la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León ha publicado la orden que establece la normativa anual de pesca de la comunidad de Castilla y León para el año 2007. La complejidad y amplitud de la orden, en cuyos anexos aparecen las disposiciones específicas de cada provincia, ha requerido la elaboración de un suplemento al Bocyl número 238 de 13 de diciembre. En su artículo 1, referido a las especies pescables, se relacionan las siguientes: trucha común, trucha arcoiris, hucho, salvelino, anguila, barbo, bermejuela, boga, madrilla, bordallo, cacho, carpa, carpín, gobio, tenca, piscardo, blak-bass y lucio. Cualquier otra especie de pez deberá ser devuelta a las aguas salvo las denominadas especies exóticas, que deberán ser sacrificadas en el acto por considerarlas nocivas. Dichas especies son la lucioperca, perca sol, pez gato y alburno. En cuanto a los cangrejos se establece que el cangrejo señal podrá ser objeto de pesca de acuerdo con la disposición que en su día se publique, referida a calendario de vedas y zonas de pesca. El cangrejo rojo también podrá ser pescado únicamente en las masas de agua establecidas, pero al considerarle especie nociva e invasora de los ecosistemas de Castilla y León, no se autoriza la devolución a las aguas de cualquier ejemplar eventualmente capturado. Apertura y cierre En las aguas libres y con carácter general se establecen dos fechas de apertura. El 1 de abril para las provincias de la zona norte (Burgos, Palencia, León, Soria y Zamora) y desde el 18 de marzo en la zona sur (Ávila, Salamanca, Valladolid y Segovia). El cierre se producirá en todas ellas el 29 de julio. La provincia de León tiene varias excepciones referentes a las fechas de apertura y cierre. Por una parte se retrasa la apertura al 20 de mayo en los ríos Cares y Sella en sus cursos provinciales. Se retrasa también el cierre al 31 de agosto (sin muerte desde el 1 del mismo mes) al río Curueño hasta el límite inferior del coto de Valdepiélago y al río Sil aguas abajo del embalse de las Rozas hasta el embalse de Bárcena. También se retrasa el cierre hasta el 14 de octubre (sin muerte desde el 1 de septiembre) en los ríos Cea desde el puente de Villamartín de Don Sancho hasta el límite con Valladolid, el Esla desde Riaño incluido el embalse, el Porma por debajo del embalse, el Luna aguas debajo de la central de Mora, incluido el embalse de Los Barrios de Luna. El Órbigo y el Sil aguas debajo del embalse de Bárcena y sus aguas embalsadas. También el embalse del Porma en su tramo libre sin muerte. Para el cangrejo rojo la veda se abre el 24 de junio y se cierra el 31 de diciembre. Cupos y tallas En las aguas libres donde esté autorizada su captura la talla mínima para la trucha será de 21 centímetros. En los cotos se fija en su reglamentación. A este respecto, en León la mayoría de acotados tienen una talla de 22 centímetros. Algunos acotados del Porma, Órbigo, Omaña, Cea y Luna es de 24 centímetros, y en el acotado del Condado 1 es de 26. En los cotos del Esla en los que la talla era de 24 centímetros en esta temporada aparece rebajada a 22. También en estos mismos cotos se habilita un día más semanal para la pesca sin muerte, con lo que serán dos con muerte y dos sin muerte. En cuanto a los cupos se reducen a cuatro truchas en los tramos libres (el pasado año eran cinco) al igual que en los acotados (seis el pasado año). Tan sólo en los cotos intensivos se mantiene el número de seis ejemplares por pescador y día. En cuanto al resto de las especies pescables para la anguila se fijan tres ejemplares y 30 centímetros, el barbo una docena y 18 centímetros, el blak bass cinco ejemplares y 21 centímetros en aguas corrientes, 27 en embalses y lagunas, y una docena también para los cachos y tencas. Las bogas y carpas dos docenas. El apartado de artes y cebos apenas sufre modificaciones con respecto a anteriores temporadas, salvo la prohibición de pescar con aparejos de mosca que lleven plomada en el sedal. El anexo III se refiere a las disposiciones específicas para la pesca en la provincia de León. En él se relacionan las excepciones en las fechas de apertura y de cierre, cebos, cotos de pesca, tramos libres sin muerte, escenarios deportivo-sociales y otras masas de agua en régimen especial. También las disposiciones especiales para Picos de Europa, las vedas y prohibiciones especiales, zonas húmedas catalogadas, masas de agua en que se permite la pesca del cangrejo rojo y otras en que se permite la pesca de la rana. En todo caso, y dada la complejidad de las normas, cabe suponer que en breve se publicará el correspondiente folleto informativo que será facilitado de forma gratuita a los pescadores que así lo soliciten. CADA AÑO, cuando se publica la normativa anual de pesca, los pescadores nos vamos acostumbrando a que se nos apliquen nuevas restricciones. ¿Hasta cuándo? Bajo el loable pretexto de preservar las poblaciones trucheras los cupos se han ido reduciendo de doce a ocho más tarde a seis, a cinco y ahora a cuatro truchas. La tralla se ha incrementado de 19 a 21 centímetros. El uso de cebos naturales se ha limitado cuando no prohibido, se han creado en todos los ríos tramos sin muerte y vedados. Se han reducido los días de pesca, inhabilitando los lunes y dejando los jueves como día sin muerte. Muchos acotados se han dejado con cero capturas y en otros esta norma se aplica a ciertos días. Ahora cabe preguntarse ¿Ha servido todo esto para mejorar las poblaciones trucheras? La respuesta es un no tan rotundo, avalado por las estadísticas de la propia Junta, que cuando menos debería hacer que se planteasen la dimisión bastantes responsables. A tenor de lo visto, parece muy claro que quienes tienen en sus manos las decisiones han apostado claramente por la pesca de élite en detrimento de la pesca tradicional, la que practica la gran mayoría. Las asociaciones de pescadores se quejan de que su presencia en los Consejos es puramente testimonial, que nadie les hace puñetero caso. Todas salvo una, absolutamente minoritaria, que siempre se lleva el gato al agua. ¿De qué sirve reducir un cupo que casi nadie consigue? Todos los días vemos en el Bocyl notificaciones a infractores que no pagan las multas o a los que ni siquiera se consigue localizar. Y esas son las escasas denuncias que se producen en relación a las infracciones que se cometen. La reducción del cupo tan solo va a perjudicar al pescador legal que, en un día de fortuna, consigue el cupo. Al furtivo le da igual porque se llevará todas las que pesque legal o ilegalmente. Pero mientras tanto los grandes problemas quedan sin resolverse. Se reducen cupos y tallas en el Esla cuando de sobra sabemos dónde reside el problema de este río, que no es otro que la producción hidroeléctrica por las compuertas de fondo del pantano. Se deja sin muerte el embalse de Vegamián cuando sabemos de sobra que la caída en sus poblaciones trucheras estriba en la minicentral de Camposolillo que impide subir a frezar a los grandes reproductores. Son dos ejemplos de cómo la Administración se pliega ante el fuerte, las eléctricas, y maltrata al débil, los pescadores. Empresas y ayuntamientos que contaminan, graveras que destrozan los cauces, escolleras que encorsetan el río para ganar terrenos a la especulación, cormoranes, furtivismo... ¿Hasta cuándo vamos los pescadores a seguir aguantando?

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