¿Solución al caso Cadenas? El casi y las circunstanciasEl Ademar pide daños y perjuicios por el agravio televisivo en la Copa

La solución al banquillo del Ademar puede seguir prorrogándose en el tiempo. Tanto el club como el actual técnico, Manolo Cadenas habían coincidido en afirmar día atrás que una vez finalizada la Copa Asobal habría una reunión para clarificar quién dirigirá el equipo a partir de la próxima temporada, pero todo hace indicar que cualquier paso en este sentido podría seguir retrasándose. «No hay nada nuevo respecto a lo que había antes de ayer o hace cinco días. De ese asunto no hay nada y hasta que no acabe la Copa Asobal no quiero hablar sobre él», manifestó ayer el presidente del Ademar, Juan Arias, que volvió a insistir que el que tiene que dar el paso y tomar una decisión es Manolo Cadenas. Por su parte, el técnico no se salió tampoco de la postura que ha mantenido desde que salió a la luz el interés que parecen tener por él dos clubes: el Barcelona y el CAI Aragón, así como algún club de la liga alemana. «No hay fecha elegida porque muchas cosas no depende tampoco de mí. Además, no elijo ninguna fecha porque no tengo prisa. No he hablado nada sobre ese tema con el club y además con la celebración de la Copa Asobal creo que tampoco convenía», señaló Cadenas. Seminario de entrenadores Por otra parte, en la tarde de ayer se clausuró en las instalaciones de la Fundación Ademar el seminario de entrenadores que ha contado con casi 150 participantes. Las ponencias de Jorge Dueñas, Cristina Fernández y Sergi Petit sirvieron para clausurar este clinic junto la entrega de diplomas a todos los alumnos y asistentes.s CONFIESO que el título elegido, al final del partido entre Ademar y el Pórtland, era: no pudo ser, pero, como tal aseveración iba a ser muy plural en los comentarios, decidí cambiar el titular. Porque el no pudo ser lleva el añadido de otra aseveración muy conocida: Lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible. Demasiado largo para un titular y, por añadidura lo de imposible tenía que ser antecedido por el casi. O sea lo que no puede ser, no puede ser y además es casi imposible. Y es que ya en más de una ocasión ha quedado la razón del casi. Sin ir más lejos, Ademar ha demostrado que en ocasiones singulares se hace realidad la posibilidad, y el dicho totalitario falla. La liga ganada contra viento y marea de pronósticos y posibilidades. Triunfos como el que dejó a un equipo que tenía, cuando, menos elementos y razones para pasar de lo posible a lo más que probable, sin el título de Liga, derrotándole en el Palacio cuando la liga finalizaba. Ítem más, la victoria aplastante sobre el Barcelona hace escasas jornadas, y un etc. bastante significativo para incluso pasar el hecho a ser más que la excepción confirmadora de la regla. Ahora bien, para que se dé la sorpresa (así, con mayúsculas) tiene que ser un juego perfecto y darse circunstancias lógicas, pero que luego se hacen ilógicas en el partido. De un lado, la entrega total, la garra, la lucha, en resumen llevar a la práctica superlativamente su conocido lema: Ademar a Luchar. De otro lado, que las circunstancias del juego le favorezcan o al menos sean objetivamente las mismas para él y su contrario. Así tenemos los fallos propios, la pérdida excesiva y contumaz de balones en el inicio del partido, posiblemente secuencia de los nervios desatados por la ansiedad de ganar. Muchas pérdidas que hicieron que los pamplonicas llegaran a tener ventajas sustanciales. Por otra parte, el capítulo de exclusiones en momentos claves que llevaron a los del Pórtland a la remontada del vuelo que les llevaría a la victoria. Y no me remitan los muy dados a las estadísticas, como justificación (ocho excluidos de Ademar, ocho excluidos del Pórtland, casualidad de casualidades) porque las exclusiones, en la incidencia de su importancia, dependen, del momento en que se aplican. Total, que Pórtland eliminó a Ademar, y le quedó compuesto y sin final. En el Ademar no remite el enfado contra TVE por su repentina decisión de incumplir lo pactado y no televisar en directo el partido de semifinales de la Copa Asobal que el Ademar jugó y perdió en la noche del pasado jueves con el Portland. Televisión emitió ese partido en diferido ayer a las 9.30 de la mañana, en un horario ridículo y cuando ya no interesaba a nadie. Las diferencias del club leonés con el ente televisivo vienen de atrás pero en esta ocasión el Ademar quiere hacer algo más que dejar patente su descontento, tal y como indicó ayer el presidente de la entidad, Juan Ariasa. «El contrato con la Liga Asobal está ahí y se acordó que ese partido sería televisado. El Ademar, por otra parte, verá su propio contrato con la Asobal que establece que su partido se debe retransmitir. Todo eso está ahí escrito y se ha incumplido», manifestó Arias. Por eso, la primera medida del club será la de «reclamar daños y perjuicios a la Asobal porque el contrato no se ha cumplido», explicó el presidente. «Miraremos que daños podemos pedir -añadió- porque exactamente todavía no lo hemos cuantificado. Pero aquí lo que está claro es que se ha dañado nuestra imagen y las contraprestaciones económicas de las empresas han sido mucho menores de lo que les habíamos solicitado por este agravio televisivo». A Juan Arias le consta que la dirección de la Liga Asobal también está disgustada con la falta de seriedad de TVE, pero al final el gran perjudicado ha sido el Ademar. «Primero -dijo- la Copa se iba a celebrar un fin de semana, pero TVE nos pidió hacerlo a mediados de semana porque tendrían problemas para retransmitir por coincidir con otra competición deportiva. Al cambiar esa competición a diario nos perjudicaron en cuanto a taquilla pero accedimos. Y luego nos encontramos que tampoco se televisa». El presidente ademarista sostiene que lo sucedido ha sido un «menoscabo hacia este deporte y para la propia Asobal que también tiene también sus esponsors». Por otra parte, en el seno del Ademar aún colea el disgusto por la polémica actuación de los colegiados y la multitud de exclusiones que pitaron al equipo leonés impidiéndole meterse de pleno en el partido.