España aprueba el primer test

No fue un triunfo brillante pero dejó buenas sensaciones. Como dijo al final del choque el técnico Juan Carlos Pastor: «No hemos estado para tirar cohetes pero tampoco para rasgarnos las vestiduras». En resumen, que España superó ayer con oficio y un buen trabajo defensivo el primer test serio en su preparación de cara al Mundial de Alemania que arrancará dentro de una semana. Y enfrente no tenían a unos cualesquiera. Polonia es una selección joven, con ganas de hacerse un nombre y con jugadores complicados de defender por su altura y su gran capacidad de lanzamiento. El lateral pelirrojo del Magdeburgo, Carol Bielecki, volvió a demostrar con sus siete goles porqué es uno de los mejores artilleros del continente. El partido, visto en términos globales, fue un choque de altibajos. Arrancó igualado. El 4-4 del minuto diez era ilustrativo. Durante este tiempo Iker Romero, soberbio en ataque y trabajador en defensa, lideró la ofensiva española. En doce minutos había hecho cinco goles prácticamente consecutivos. Frente a frente dos modelos defensivos. El 6-0 polaco con sus rocosos jugadores de gran poderío físico y enfrente la 5-1 que gusta utilizar Pastor con Davis de adelantado o con Roberto García Parrondo. Ayer funcionó mejor la defensa española. La movilidad de Davis se atragantaba por momento a los polacos obligándoles a cometer errores en los pases y posibilitando los numerosos robos y cortes que ayer protagonizaron los españoles. Fruto de este buen trabajo defensivo se produjo el primer despegue de los de Pastor. En el minuto quince ya mandaban por 7-5. Al acierto atacante se sumaron Alberto Entrerríos y también Juanín García que ayer volvió a demostrar que no se le ha olvidado correr al contraataque. Hombrados se entonó en la portería y la ventaja en la primera mitad se fue a 14-10 al final. Garabaya y Uríos demostraron que siguen siendo un magnífico tandem en el pivote y Tomás demostró que puede relevar con garantías al lesionado Rocas. En la segunda parte, España mantuvo en los primeros compases su cómoda ventaja de cuatro o cinco goles pero se relajó y propició un arreón de los polacos liderado por los trallazos de Bielecki. En el minuto 18 la ventaja española era de sólo dos: 21-19. Pastor decidió que ya había visto bastante y pidió un tiempo muerto para ordenar ideas. España pegó otro pequeño estirón pero los polacos respondieron y hasta el final del partido las ventajas se mantuvieron entre los dos y los tres tantos.