Pulverizado elr écord mundial

Lo intentó y lo consiguió a la primera. El leonés Juanjo García batió ayer el récord mundial de velocidad de paramotor en triángulo de 50 kilómetros. Más que batirlo, lo pulverizó, desbancando así la mejor marca, la de 51,9 kilómetros por hora, realizada por un polaco en julio del año pasado. Juanjo se ha hecho ahora dueño de su tesoro deportivo más preciado tras firmar 66 kilómetros por hora en el primer intento. «No he batido el récord, lo he pulverizado, ha habido mucha diferencia», confesaba el propio Juanjo. La hazaña, que consistió en realizar un vuelo de 50 kilómetros distribuidos en dos puntos diferentes de giro, tuvo lugar en la localidad toledana de Lanzaíta -a unos 30 kilómetros de distancia de Talavera de la Reina- pasado el mediodía. El tiempo no acompañó demasiado, lo que retrasó la hora de salida, prevista en un principio para primera hora de la mañana. «La niebla hizo que tuviese que salir un poco más tarde», explicaba el leonés. El tiempo, en contra Las condiciones climáticas suponen un gran inconveniente para este deporte si el tiempo no acompaña. De hecho, el viento que sopló ayer en la zona, aunque no fue muy fuerte, sí que frenó un poco la velocidad de vuelo de Juanjo García. «Podía haber ido un poco más deprisa, pero preferí mejorar la seguridad», aclara el leonés. El camino hasta aquí ha sido duro, pero ha merecido la pena. «Estoy en un sueño», señala ayer el reciente récordman , que sintió de cerca el calor de los suyos y el apoyo de los leoneses: «Me ha llamado todo el mundo y me he sentido muy apoyado en todo momento», apostilló. La última semana ha sido intensa para Juanjo. Desde el lunes permaneció en la localidad granadina de Baza preparándose y poniendo a punto su paramotor para intentar alcanzar una de sus hazañas deportivas más importantes: el récord del mundo de velocidad. Allí, junto a la fábrica de este aparato que abandera la Concejalía de Deportes del Ayuntamiento de León, buscó la configuración más adecuada. Y la encontró, Al menos, así lo demuestra lo conseguido ayer en Lanzaíta. «Ha sido complicado porque ahí arriba tienes que estar pendiente de varios factores y he tenido que despegar, a pie, con los 65 kilómetros de peso que tiene el paramotor sobre mi espalda, todo ello unido al viento 0...es difícil», recalcó. En pleno vuelo, la precisión se convierte en una necesidad. Para ello, Juanjo levaba cuatro GPS -dos de registro y los otros dos para navegar-, un barógrafo para poder homologar el récord y una cámara de fotos para sacar las instantáneas que certifiquen que ha sido él el que ha estado ahí arriba. Todo eso hay que hacerlo sobre la marcha, combinar la técnica de vuelo, con el seguimiento del tramo más adecuado y siempre tratando de ser rápido. Sin embargo, tal y como reconoce este leonés ya campeón mundial de velocidad en paramotor, «lo habíamos preparado muy bien y teníamos muchas esperanzas de lograrlo».