Fútbol | Segunda División
El Toralín quería goles y ayer se topó con siete
La Deportiva tuvo el acierto que le faltó ante el Alavés y dio buena cuenta del Albacete
La Sociedad Deportiva Ponferradina consiguió anoche una importantísima victoria ante el Albacete Balompié en el estreno de la segunda vuelta del campeonato. Los jugadores locales sabían de la importancia de este compromiso y salieron al campo con las pilas bien puestas, hasta el extremo de que iban ganando a la media hora por un concluyente 3-0. En realidad, el cuadro de Pichi Lucas no hizo mucho más que el día del Alavés, sin ir más lejos, pero en esta ocasión se encontró con una efectividad cara a la portería rival que rayaba el cien por cien, mientras una semana atrás evidenció una sequía goleadora que terminó por sentenciarle. Para explicar esta mutación habría que recurrir al factor sicológico derivado del inesperado debut de dos refuerzos invernales, como son Nabil Baha y el ex de la Real Sociedad Dani Cifuentes. Lo del primero era esperado, pero nadie podía sospechar que Pichi diera entrada a un futbolista que había llegado 24 horas antes a la ciudad. Debe explicarse que Toñín se lesionó en el calentamiento y el técnico optó por Cifu antes que por Chupri, quien parece tener contados sus días en la Ponferradina. Nacho abrió la cuenta pronto con un gol afortunado porque su disparo tropezó en el capitán manchego Buades y esto confundió al meta Valbuena. Diez minutos más tarde Juan Pablo Raponi dejó constancia de su toque privilegiado en lanzammiento de falta para quitarle las telarañas a la escuadra. Con el público entregado, llegó el éxtasis cuando Nabil lanzó desde el centro del campo, viendo a Valbuena adelantado, firmando un gol que puso en pie al Toralín. La grada no daba crédito Después de tantas penurias para romper la sequía goleadora, el público berciano se frotaba los ojos viendo aquel recital ofensivo de los suyos. El Toralín botó como nunca lo había hecho y cada acción de los locales era jaleada con profusión. En ese idilio estaba el choque cuando Calle recordó que el Albacete no estaba muerto al peinar una falta medida botada por Cañas para sorprender a Rubio. Pero el público volvió a la fiesta cuando un par de minutos después, otra vez Raponi, acertó a cruzar ¡con la derecha! una pelota que sorprendió a Valbuena y mandó a la Deportiva a vestuarios con la ventaja de tres tantos. Todo iba camino de una noche inolvidable aunque en alguna parte está escrito que Ponferrada no tiene derecho a vivir un partido tranquilo. Cañas apuntó a las mallas en una golpe franco nada más reiniciarse el partido y luego la expulsión de Rubén Vega vino a complicarlo todo. Menos mal que el Alba sólo acertó una vez más por medio de Calle.