| Tenis | Al éxito por la dieta |
González: sí a comer sano y no a los dulces
Uno de los secretos del nuevo Fernando González es su dieta y la reconstrucción física que su equipo ha operado en él
Uno de los secretos del chileno Fernando González, finalista del Abierto de Australia, es su dieta y la reconstrucción física que su equipo ha operado en él, pero sobre todo el jugador de Santiago ha tenido que decir adiós casi definitivamente a una de sus pasiones, los dulces. «Los dulces son la debilidad de 'Fernandito', dijo su preparador físico, Carlos Burgos, «pero ha estado muy controlado y ahora ha mejorado sus hábitos alimenticios». La austeridad de González en la mesa le ha llevado a no probar un buen filete de carne desde prácticamente Año Nuevo, y ahora solo es un asiduo consumidor de pollo, ensaladas, pasta y algo de pescado. Carbohidratos, dieta para deportistas, para que funcione el lema: «menos peso para aguantar mejor». Burgos es uno de los que conforma el equipo de González, el más veterano de todos ellos. Conoce bien al jugador y sus preferencias. «Fernando era muy ansioso por la comida, e ingería mucho más de lo que necesitaba», dijo. «Su médico hizo toda una pauta de trabajo para medir qué podía y no podía comer», y los resultados llegaron en apenas dos años. González bajó casi seis kilos hasta situarse en 80, una cifra que puede aumentar en un kilo, o kilo y medio, dependiendo de los torneos. «Todo depende de la superficie donde juegue, o del torneo. En un Grand Slam se juegan muchos sets, en un Masters series podía jugar con 82, pero en tierra la recomendación es que se sitúe cerca de 80 kilos», añadió. El proceso se inicia en 2004, cuando el propio Fernando decide que hay que generar cambios en su juego. «Y para ello era necesario bajar de peso pero mantener la potencia y la fuerza de sus tiros», dijo Burgos. En diciembre de 2004 se le hicieron una serie de estudios para saber cuáles eran sus puntos débiles. Su resistencia aeróbica era muy baja, debido a su peso corporal, «y por eso jadeaba, tenía una gran estructura que no era capaz de resistir». Luego estudiaron lesiones anteriores, tendinitis rotulianas, «que se asociaban a desbalances musculares, y lo que hicimos fue tratarlas para corregirlas con el tiempo». El trabajo se completó en el gimnasio, con ejercicios modernos especiales para el tenis.