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El juzgado tiene 4.000 votos por correo más de los contabilizados por el Madrid

Calderón, a la salida del juzgado de Madrid, ayer tras el juicio

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d. r. |madrid
León

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«¿Pero qué pasa aquí? ¡Que esto no es un cir co!». Esa fue la queja del presidente de la Junta Electoral del Real Madrid, José Eulogio Aranguren, el socio número 2 del club, cuando se vio sorprendido a pie de calle por decenas de periodistas, fotógrafos y cámaras de televisión al abandonar el Juzgado de Primera Instancia número 47 de Madrid. Acababa de declarar como testigo en el juicio sobre el sistema del voto por correo en las elecciones y, a sus 95 años, apoyado en unas muletas, le costaba entender la expectación generada por un proceso que marcará el futuro del club blanco y de su presidente. La juez Milagros Aparicio, titular del juzgado, dictará sentencia en diez o quince días. Si da la razón al actual presidente del Real Madrid, Ramón Calderón, anulará el voto por correo y todo quedará como está. En caso contrario, la presidencia de la casa blanca pasará a ser interina. El fallo no será firme, sino recurrible ante la Audiencia Provincial de Madrid, por lo que la situación puede mantenerse estable al manos hasta el final de la temporada. O no. En los próximos días, además, la audiencia madrileña debe decidir si es posible o no conocer el resultado de ese voto postal, tal y como reclama uno de los candidatos a la presidencia, Juan Miguel Villar Mir, que quiere saber el recuento aunque su cómputo no tenga consecuencias legales si así lo decide la juez Aparicio. En medio de este galimatías, la Fiscalía de Madrid decidió abstenerse de cualquier pronunciamiento, al entender que es un conflicto interno del club en el que Calderón es a la vez demandante y demandado. Votos «perdidos» Para complicar aún más el embrollo jurídico, la principal novedad del juicio celebrado ayer fue descubrir el desfase de casi 4.000 votos por correo entre los que contabiliza la entidad y los que están bajo custodia judicial. Los servicios generales del Madrid defienden que los votos postales fueron 6.600, frente a los 10.511 depositados en el Juzgado de Instrucción número 25, donde Calderón presentó otra denuncia por la vía penal que alargará todavía más el proceso. El máximo dirigente insistió ayer en que se produjeron irregularidades en el voto por correo y por tal motivo deben ser suprimidos todos los sufragios a distancia. Un empleado del club, Luis Torres, acusó a un miembro de su candidatura de haberle chantajeado para que declarara que hubo fraude. Con más de quince años de antigüedad en la entidad, testificó que su despido se produjo por negarse a denunciar una supuesta manipulación electoral. La justicia obligó a su readmisión y sigue cobrando del Real Madrid, pero el club le impide aparecer por las dependencias blancas. El secretario de la Junta Electoral, Ernesto Toth, coincidió con él al afirmar que «no hubo fraude masivo». Calderón también fue acusado por Ramón López Vilas, abogado de Villar Mir, de «beneficiarse de una situación creada», ya que su demanda sólo se debe a que las encuestas le situaban en tercer lugar, por detrás de su defendido y de Juan Palacios. «Por eso optó por una denuncia basada en hipótesis de que el voto podía ser manipulado», apuntó el letrado.

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