El podio está carísimo

Un gol en el último segundo marca a veces la frontera entre el éxito y el fracaso. Así ocurrió en 2005, cuando España ganó el Mundial de Túnez, y puede ocurrir en sentido contrario ahora en el Mundial de Alemania, donde España ha tenido la pésima suerte de caer en la mitad del cuadro que incluye a los cuatro favoritos. La selección de Juan Carlos Pastor se enfrenta al anfitrión en cuartos de final ante 20.000 alemanes en el Colonia Arena (hoy, 17.30 h., La 2). Gane o pierda, jugará con el vencedor o el perdedor del Croacia-Francia, en semifinales o por el quinto puesto. Una parada del croata Sola ante el extremo serbio Sudzum en el último segundo fue esencial para que España entrase en la lucha por las medallas en Túnez. Y la ineficacia de Hungría para rematar el domingo a Rusia, que ganó por un gol en el último segundo, evitó que España estuviera ayer en Hamburgo enfrentándose a Polonia primero, y contra Islandia o Dinamarca después. La distribución de los cuartos de final no podría ser más desigual: Croacia (campeona olímpica), España (campeona del mundo), Francia (campeona de Europa) y Alemania (anfitriona, y campeona de Europa en 2004) se eliminarán entre sí antes de la final. Nadie es tan consciente como Pastor sobre la necesidad imperiosa de que la defensa en 5-1 (la más habitual de España, con Davis como avanzado), funcione frente a Alemania mejor que hasta ahora. No sólo porque parece la más lógica para estorbar a los terroríficos cañoneros germanos, sino porque en la Liga Alemana casi nadie defiende en 5-1, y por tanto la selección de Heiner Brand no está acostumbrada. Por otro lado, el famoso estilo disuasorio de Pastor, resumido en el lema «amagar y no dar», sufrirá otra dura prueba: es improbable que laterales tan eficaces como poco creativos (Hens y Zeitz) vayan a dudar ante los amagos, porque apenas saben hacer otra cosa que lanzar obuses, incluso con uno o dos defensas colgados de su cuerpo. Una de las preocupaciones de Pastor es que tres de sus hombres grandes no funcionan en ataque: el diestro Lozano y los zurdos Garralda y Beláustegui. Pero estos dos se han adaptado bien a la defensa de Pastor y evitan ir al choque, como hacen en sus clubes. En cambio, Lozano se siente muy incómodo con ese sistema.