El policía italiano murió por aplastamiento del hígado
El Comité Olímpico pide el fin de los estadios inseguros y de la relación de clubs con ultras Proponen que ningún hincha pueda viajar a los partidos de su equipo
Por la capilla ardiente del policía han pasado cientos de personas; en la imagen dos sin identificar
El policía de 38 años muerto el viernes en Catania, en los enfrentamientos entre fuerzas del orden e hinchas durante el derbi siciliano contra el Palermo, falleció por las lesiones que sufrió en el abdomen y en el hígado, declaró este domingo el fiscal adjunto de Catania, Renato Papa. «Según los que parecen ser los primeros resultados de la autopsia, la muerte del pobre (Filippo) Raciti reposa en la hipótesis del aplastamiento del hígado», explicó Papa en una conferencia de prensa. «Fue alcanzado por un objeto contundente», añadió. Según esa teoría, la causa de la muerte habría sido una piedra u otro objeto lanzado antes de que le explotara un artefacto casero en plena cara, que era la primera versión de la causa del fallecimiento, durante los violentos altercados registrados en los alrededores del estadio. «Esos actos tuvieron lugar cuando el partido había terminado y los seguidores del Palermo se habían ido», añadió el fiscal, rechazando así la posibilidad de que los hinchas del Catania atacaran a los aficionados rivales. «La emboscada no se tendió a los seguidores del Palermo sino a las fuerzas del orden», afirmó Renato Papa. Otros 52 agentes de las fuerzas del orden figuran entre el centenar de heridos durante los enfrentamientos. El fiscal adjunto añadió que, desde el viernes por la noche, 29 personas han sido detenidas y se han requisado armas y drogas en distintos registros. El Comité Olímpico Nacional Italiano (CONI) anunció este domingo que se podría retirar la licencia a los estadios no adecuados a las normas de seguridad y que los clubes tendrán que evitar en el futuro toda relación de complicidad con los grupos de hinchas violentos. El CONI encargó a la Federación Italiana de Fútbol (FIGC) instaurar «una serie de medidas urgentes sobre los estadios», a partir de la temporada 2007-2008, al tiempo que exigió «disposiciones que prohíban toda relación impropia de los dirigentes, entrenadores y jugadores con los seguidores radicales». El sábado, el subcomisario de la FIGC, Gigi Riva, denunció a ciertos presidentes de clubes «que tratan a los sectores de hinchas exaltados con sumisión, casi con respeto», señalando el gran poder que ejercen en estos momentos determinados grupos ultras. El Calcio, paralizado desde el viernes, podría permanecer 15 días suspendido y reanudarse a puerta cerrada, según la prensa el domingo. «Dos semanas de suspensión y dos semanas a puerta cerrada (...) es la solución más probable por el momento», afirma el diario «La Gazzetta dello Sport», coincidiendo con «Il Messaggero» o «La Stampa».